El multimillonario ruso Dimitri Rybolovlev vuelve a acaparar titulares y récords. Pero no por sus mediáticos fichajes para su equipo de fútbol, el AS Mónaco, en sus manos desde 2011. Ahora también es noticia por poner millones sobre la mesa. Muchos millones. Casi la mitad de los que tiene. Y esta vez con destino a su exmujer, Elena, a la que tendrá que desembolsar, por orden del juez, nada más a nada menos que 3.500. Una cifra, de millones (hay que insistir), que convierte su divorcio en el más caro del mundo y de la historia.
El anterior más caro no le rozaba siquiera los talones, pues el llamativo multimillonario ruso se ve obligado casi a duplicar el desembolso que hizo Rupert Murdoch, quien en 1999 tuvo que pagar a su segunda mujer, Anna Torv, 1.700 millones de su importantísima fortuna.
Eso sí, a Elena le ha llevado seis años de pleitos atesorar su nueva cuenta corriente, que le hará pasar de un plumazo a ser una de las fortunas más notables conocidas. Todo tras 23 años de matrimonio y una hija en común, de 13, cuya custodia también ha recaido en la madre. Para ella va ahora la mitad de la fortuna del ruso, que está estimada en unos 7.000 millones de dólares. Casi nada. Y todo con un patrimonio en el que no falta una isla, la griega Skorpios, que en su día se hiciese conocida por la familia Onasis. Suyos son también los casoplones que tiempo atrás pertenecieron a Donald Trump, en Miami, y a Will Smith, en Saint Tropez, por poner solo unos pocos ejemplos. En ninguna de ellas vive. Dimitri ahora prefiere en el pequeño Monaco, donde está pendiente de sus futbolistas y de ampliar la plantilla con grandes nombres. Atrás quedó el negocio del potasio con el que se hizo de oro. Aunque ahora sus dividendos se le quedan mermados a la mitad.
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