La masturbación es un proceso prometedor, que poco a poco va mejorando y acaba con una pegajosa liberación. Las mujeres tienen suerte, simplemente se quedan con una sonrisa en la cara. Pero los hombres han de enfrentarse a la incómoda realidad del engrudo del que se tienen que deshacer.
En esta guía, exploraremos cuáles son los mejores métodos para tratar con las secuelas eyaculatorias. Desde los métodos probados y seguros hasta las posibilidades más bizarras.
En un pañuelo.
Habitualmente es el método más fácil y apropiado para descartar el grumo. Ten una caja de pañuelos cerca de la cama o dondequiera que te masturbes, y coge un pañuelo justo antes del momento de la verdad (o coge dos, si eres de ordeño voluminoso). Simplemente asegúrate de eliminar el pañuelo de inmediato; no te gustaría cogerlo más tarde y sonarte los mocos en él por error, o que un invitado se lo encontrara por accidente.
Aviso: no todas las marcas son iguales. Una superficie rugosa puede quitar el brillo a tu gran instante. Experimenta con distintos tipos para encontrar el que más te plazca.
En una toalla de manos húmeda.
Correrte en una toalla húmeda y calentita es un placer único, y es definitivamente un paso adelante desde el Kleenex. Cógela del toallero, abre el agua caliente, mójala a gusto y úsala. Usa suavizante en el lavado para mejores resultados. Asegúrate de hacerte cargo de forma apropiada con la toalla. No la aclares y vuelvas a dejarla en el toallero, de donde alguien puede cogerla para usarla en su cara. Directa al montón de ropa sucia.
En un calcetín.
Los calcetines son geniales. Siempre hay alguno suelto por ahí, y encaja a la perfección en el pene. Los gruesos van mejor para la absorción, los de vestir son demasiado finos. Cuando acabes, al montón de la ropa sucia. O guárdalo debajo de la cama, si te interesa reutilizarlo. La desventaja es que acabas con un montón de calcetines desparejados, pero bueno, eso pasa de todos modos.
En una camiseta.
Otro método para capturar disparos es la camiseta. Si no llevas puesta una, es posible que la haya cerca. Una camiseta tiene la ventaja de tener suficiente material para, si eres cuidadoso, reutilizarla en futuras sesiones. La desventaja de usar ropa es que acabarás mirándote antes de salir, automáticamente y por todos los ángulos, no sea que la camiseta esté crujiente.
En una bolsa de plástico.
¿Tienes un cajón lleno de bolsas de plástico del supermercado? He aquí un modo para reciclarlas. Son limpias y bastante útiles si estás masturbándote en un sitio en donde no puedes deshacerte inmediatamente de tu salpicadura, como en un coche. Con algo de lubricante hace una excelente vagina falsa.
En un condón.
Parecido a las bolsas de plástico, del mismo modo te permite disparar, guardar la munición y deshacerte de ella a la primera oportunidad. Coge el condón mientras todavía te masturbas, apunta, y finaliza el trabajo. Si quieres mantener tus manos limpias, evitar el líquido preseminal o cualquier cosa así, póntelo tan pronto estés duro. Es un poco malgastarel condón, pero si no tienes sexo con nadie, buen uso que les darás. También puedes tirar los condones usados en la basura si quieres que tus compañeros de piso crean que follas.
Tu mejor opción.
En las plantas.
La solución eco-amiga: no gasta agua, no crea basura y es bueno para el medio ambiente. Nuestro jugo es 100% biodegradable, contiene proteínas, minerales y nitrógeno del que las plantas están ávidas. Dispara contra la tierra de la maceta si estás en casa, o en los arbustos si estás fuera. Harás un favor a las plantas fertilizando el sustrato.
En la taza del váter.
Requiere buena puntería, pero es el método más limpio si lo consigues. Simple y sencillo: tirar de la cadena y listo. Es poco ceremonioso, pero no deja pruebas.
En la ducha.
Correrse sin preocuparse es una de las muchas ventajas de hacerlo en la ducha, junto con la privacidad, un montón de líquidos para lubricar (champú, gel de baño...) y el hacer multitarea con la higiene personal. En la ducha no importa si te salpicas a ti mismo, si cae en el suelo o en un azulejo de la pared; todo ello se va por el sumidero con un poco de agua caliente.
En un álbum.
¿Te gusta llevar un registro de tus éxitos? Compra un álbum grande, con páginas duras. Antes de masturbarte, déjalo abierto en una página virgen. Cuando te corras, extiende la mermelada por el papel. Escribe la fecha y algún comentario (volumen, consistencia...). Deja que se seque completamente, de lo contrario las páginas se quedarán pegadas. Si quieres evitarlo, hay unos muy convenientes que tienen una capa de plástico transparente ideada para sujetar inútiles fotos.
En una cubitera.
Otra manera de conservar tu amor para la posteridad es la vía criogénica. Córrete sobre una cubitera y congela el contenido. Dependiendo del tamaño del instrumento, podrás almacenar distintos números de descargas. No hay garantía de que tu esperma siga viable, pero los grumi-cubos pueden animar tu próxima fiesta.
En un vaso de chupito.
Chorrear dentro de un chupito mola porque puedes ver el volumen de la carga y echar un vistazo al color y la consistencia. Si te mola eso de beber tu propio zumo, esto hace que sea más fácil que vuelva a tu interior (rodaja de limón opcional).
Consulta el consejo anterior para un cóctel completo.
En tu mano.
Atrapar tu escopetazo con la mano viene a ser la última opción para cuando no tienes otro plan, o cuando el plan original no es viable (se acabaron los kleenex, no puedes llegar a tiempo al baño...). Mantén la palma en forma de copa y los dedos juntos. Ve al lavabo tan pronto como puedas y échalo por el desagüe.
En tu cara/boca.
Si eres suficientemente flexible y te gusta la idea de saborearte a ti mismo, esto puede hacerte completamente autosuficiente. Ponte boca arriba y pon tus piernas sobre tu cabeza, de forma que estés doblado. Ponerse en el suelo y colocar la espalda contra la pared puede ayudar. Dispón el instrumental sobre tu cara mientras lo meneas, abre la boca y deja la leche caer. Cierra los ojos, el semen en ellos escuece que no veas. Practicantes avanzados de yoga y contorsionistas pueden usar esta posición para una autofelación.