Hay científicos que afirman que para el año 2025 e incluso antes el desarrollo del ser humano fuera del cuerpo será una realidad, gracias a los avances tecnológicos respecto a fecundación in vitro e incubadoras, y que, además, su implantación en la sociedad será inevitable debido a sus beneficios y a pesar de las dudas morales que plantea.
Entre otras cosas, la mujer como progenitora se igualaría al hombre, librándose del embarazo, del parto y de todos sus efectos físicos.
Además también se separaría de una vez por todas la procreación del sexo.
Entre los factores en contra se encuentran la falta de naturalidad del proceso y la pérdida de ese vínculo especial entre madre e hijo.
Está claro que sería un avance impresionante, para bien o para mal, en la sociedad humana.