El himno de España está basado en una marcha compuesta en el año 1761 para el regimiento de Granaderos.
Lo hizo el músico Manuel Espinosa de los Monteros, que formaba parte de la corte del rey ilustrado Carlos III.
Pero esta basado en una nuba que es mucho más antigua.
Fue compuesta en el siglo XII por el filósofo y músico andalusi Ibn Bayya (Avempace), que fue condiscípulo de Averroes.
La música andalusí hispanoárabe o arábigoandaluza se concreta ya así en el siglo XII en esa estructura llamada nuba, que tiene la forma de suite.
La nuba consiste en varios movimientos basados en un mismo modo sobre el que se suceden las variaciones, adelantándose así en varios siglos a las formaciones instrumentales europeas que sólo lo conseguirán a partir del siglo XVI.
Con el tiempo se fueron sumando otras nubas que conformarían el corpus musical de Al Andalus.
Ibn Bayya fundió en la nuba al-Istihlal “el canto de los cristianos y la música del Mashreq (Oriente Medio) y creó un estilo que sólo existe en Al Andalus”.
Las nubas eran música culta que se tocaba principalmente en las cortes de los reinos taifas pero algunos trozos se acabaron convirtiendo en música popular.
Con la conquista de Sevilla, Córdoba y finalmente Granada el corpus principal se desbarata y se va trasladando, muy fragmentado, al norte de África donde dará lugar a las distintas modalidades de Libia, Túnez, Argelia y sobre todo a la de Marruecos, donde en el siglo XVIII sería reorganizado por el sheij Hayek y que aún hoy se conserva perfectamente.
Pero los trozos fragmentados se quedaron en la Península como músicas populares de los moriscos y, por el propio roce de la convivencia, del pueblo cristiano viejo.