Entrevistamos en exclusiva a Whitney Wolfe, CEO de Bumble, la primera app de dating feminista
- La líder de la lista 30 under 30 de la revista Forbes confundó Tinder y nos recibe en Londres
Whitney Wolfe, CEO de Bumble, la primera app de dating feminista en sus oficinas de Austin, Texas. Kristen Kilpatrick
Verónica González Soriano | Actualizado 11/01/2018 16:43
"Soy igual de inteligente, válida y talentosa que un hombre. ¿Por qué no habría de poder dirigirme a uno de ellos tal y como ellos hacen cuando se sienten atraídos o interesados por una de nosotras? Ser una señorita en 2018 consiste en ser quién tú quieres ser; en ser tú misma y confiar en ti". Nos adentramos en la filosofía Bumble de la mano de una anfitriona excepcional, Whitney Wolfe, cofundadora de Tinder y actual CEO de la app que ha cambiado las reglas del juego: las damas primero (y no es lo que tú te crees).
Son las wine o'clock en la librería del Ham Yard Hotel -el preferido por los yuccies (young urban creative): jóvenes urbanos y creativos- y sólo hace falta echar un vistazo por la ventana para constatar que en Londres, como de costumbre, es otoño. Acurrucada en uno de los butacones tapizados en cretona floral de la biblioteca, observo como los camareros empiezan a alumbrar los cafés del Soho con estufas y lámparas de aceite, pronto se atestarán de Mischas Barton millennial sacudiendo su paraguas transparente envueltas en gabardinas color toffee para disfrutar de la Happy Hour.
La chimenea está encendida y nos sirven el té. Sobre la mesa, junto a un plato de porcelana con scones de queso y pastas, una campana de cristal protege a la Reina de Inglaterra con uno de sus emblemáticos trajes de chaqueta celestes que saluda rodeada de Welsh Guards. Me encantaría saber dónde puedo hacerme con cualquiera de los divertidos souvenirs kitsch que salpican el delicioso salón pero antes de que pueda seguir curioseando aparece en escena nuestra anfitriona con una chaqueta blazer impecable, melena rubia al viento y dos perlones; se trata de la Whitney Wolfe (Salt Lake City, Utah, 1989), cofundadora de Tinder y actual CEO de Bumble, la primera app de dating feminista.
La emprendedora presenta en la ciudad las novedades de la compañía que le ha llevado a protagonizar la última portada del año de la edición americana de Forbes bajo el cebo: "La abeja reina del billón de dólares". Bumble acaba de alcanzar este valor tras haber seducido a más de 22 millones de usuarios y ostenta una cuota de crecimiento anual del 70% (los expertos aseguran que muy pronto superará a Tinder, su principal competidor, que cuenta con 46 millones de usuarios registrados pero, sin embargo, una cuota de crecimiento del 10%).
No obstante, no todo ha sido un camino de rosas para la líder de la lista 30 under 30 de 2018. En junio de 2014 Whitney Wolfe interpuso una demanda por acoso sexual alegando que su exnovio y también exjefe Justin Mateen -cofundador de Tinder-, la insultaba y bombardeaba con mensajes de texto amenazantes y vejatorios tras haber roto la relación que ambos mantenían. La prensa norteamericana publicó que la compañía indemnizó a Whitney con un millón de dólares que posteriormente utilizó para crear Merci, una red social exclusivamente para mujeres en las que se intercambiaban cumplidos por logros y no por cuestiones de imagen. Le pregunto si la cifra es correcta pero prefiere no hacer declaraciones al respecto: "Sólo te diré que he podido hacer una lectura positiva de todo aquello, tener una perspectiva constructiva no es fácil cuando estás en medio de esa vorágine".
La denuncia la situó en el ojo del huracán, los haters le hacían la vida imposible en redes sociales y la prensa sembró la sospecha sobre su testimonio, Wolfe ha llegado a confesar que se sumió en una profunda depresión con todo aquello. Sin embargo, poco después Andrey Andreev, fundador de Badoo, se puso en contacto con Whitney y la convenció para trasladar la filosofía optimista y feminista de Merci al sector que mejor conocía, el del dating. Le proporcionó el soporte necesario para dotar a la plataforma de estructura y el resto es historia.
Hoy, Bumble cuenta con 70 empleados cuyo 85% son mujeres -todas ocupando puestos de responsabilidad-. Sus oficinas están repletas de frases como: "Tú eres la abeja reina", "Sé el ejecutivo de éxito con el que tus padres querían que te casaras", "Da el primer paso" o "Los cerebros son la nueva belleza".
Lo cierto es que debo confesar que no puedo evitar sentir cierta emoción por este encuentro; me viene a la mente aquella historia entrañable de la periodista española que se lanzó a los brazos de Richard Gere durante una rueda de prensa en el verano de 2017. No se trataba de una fan histérica del Edward Lewis de Pretty Woman, diez años antes, durante el Festival de Cine de San Sebastián, la reportera había entrevistado al actor tras recibir el premio honorífico a toda su carrera, y por algún motivo que ella prefirió no desvelar, al finalizar, Mr. Gere la abrazó. Inmediatamente después, la periodista conoció al hombre que más tarde se convertiría en su marido. Aquella mujer absolutamente desbordada acaparó los focos y la atención de la prensa mientras le enseñaba a Richard -ya un viejo amigo- las fotos de sus dos hijos: "Tú eres mi talismán", le decía ella. Él, bajó del escenario para volver a abrazarla.
En cierto modo, para mí Whitney también es una suerte de talismán. Le confieso que conocí a mi novio en Tinder, la popular app de dating que ella cofundó, y que aunque no soy precisamente una escéptica en lo que se refiere al método, mi obligación es trasladarle todas las dudas, ruegos y preguntas que todas las mujeres se plantean cuando hablamos de entablar una relación personal online. Este fue el resultado de nuestra conversación.
Originalmente, lanzamos Bumble como una dating app (una aplicación para poder conocer a personas online y concertar citas con ellas) en las que las mujeres debían tomar la iniciativa. Las mujeres nunca han tomado la iniciativa porque la sociedad les presionaba para no hacerlo, era necesario que alguien creara una marca en este sector para reescribir las reglas, con esa misión nació Bumble.
Lo que ocurre es que ha evolucionado hasta convertirse en algo mucho más grande: una solución digital global que pretende romper con el paradigma arcaico de las relaciones de pareja sustentado en una serie de roles y prejuicios sociales. Nuestro objetivo es reconfigurar ese entorno, equilibrar la balanza.
Así es como llegaron BumbleBFF y BumbleBizz...
Si te soy sincera, fueron nuestras usuarias las que nos dieron la idea de la diversificación; empezamos a detectar que muchas de ellas añadían notas en sus perfiles especificando que estaban en la aplicación con la intención de conocer gente (hacer nuevos amigos) o de mostrar su talento, no exclusivamente para encontrar pareja. Sólo nos hizo falta escuchar a nuestras usuarias para saber que el empoderamiento que reclaman las mujeres no es sólo en el ámbito sentimental, sino social y profesional.
BumbleBFF es para entablar relaciones de amistad -actualmente tenemos unas 500.000 mujeres activas en la plataforma-, BumbleBizz, está focalizada en networking y entorno profesional. La evolución fue muy orgánica, la tecnología de las dating apps resulta muy intuitiva y sencilla de utilizar para los usuarios: ¿por qué no emplearla en un mundo tan frío, serio y complejo como el laboral? En la actualidad, la vida de las mujeres está compuesta de facetas sociales distintas: el amor, la amistad y el trabajo son las principales, y nuestra ambición es poder facilitarles la mayor conectividad posible en todas ellas para que puedan desarrollarlas tal y como deseen.
Principalmente nuestros valores y nuestras prioridades, la tecnología es muy similar a la de Tinder o Linkedin, lo que sin duda nos diferencia de la competencia es precisamente la filosofía de la marca: women first, empowement first (las mujeres primero). Además, en el caso de Bumble vs. Linkedin, la geolocalización creo que es un factor importante a tener en cuenta, el proceso es más inmediato.
En Bumble, cuando dos adultos deslizan sus perfiles hacia la derecha (se gustan), se abre una ventana a la conversación que durará 24h. Si la chica no da el primer paso e inicia proactivamente la conversación en ese lapso de tiempo, la ventana desaparecerá. Nosotras no solemos tomar la iniciativa porque nos han enseñado a no hacerlo, así que necesitamos ese empujoncito, un elemento de presión: si tú no hablas a ese chico, sencillamente perderás la oportunidad de conocerle.
¿Cuál es la definición de "señorita"? Yo estoy convencida de que tomar la iniciativa en una relación personal no menoscaba mi condición de "señorita". Soy igual de inteligente, válida y talentosa que un hombre. ¿Por qué no habría de poder dirigirme a uno de ellos tal y como ellos hacen cuando se sienten atraídos o interesados por una de nosotras? Ser una señorita en 2018 consiste en ser quién tú quieres ser; en ser tú misma y confiar en ti.
Tomar la iniciativa no es un imperativo biológico reservado exclusivamente a los hombres, es puro condicionamiento social, y es lo que queremos cambiar. Tú puedes tener el control: puedes ser la que escriba el primer mensaje si te apetece, puedes hacer la primera llamada, puedes invitar a cenar a un chico... ¡No hay nada de malo en ello!
¿Sabías que si buscas en el diccionario la palabra "aventurero" encuentras la definición de un hombre explorador en busca de nuevas experiencias y si buscas la palabra "aventurera" hay una acepción que se refiere a la mujer oportunista que busca ascender a costa de los demás? ¿No te parece curioso?
Creo, sinceramente, que todo el argumentario relacionado con la idea de que una mujer tiene que ser conquistada por un hombre o esperar a ser seducida por él, promueve la cultura misógina y favorece ese techo de cristal invisible pero que continúa sobre la cabeza de muchas mujeres. El cuento de hadas del hombre fuerte y poderoso y la princesa frágil, pequeña e indefensa que nos han contado tantas veces, no ayuda, precisamente.
No lo creo, el éxito de las apps de dating y de las apps en general radica en dos fenómenos: el primero es la evolución de la mujer; trabajamos más horas que nunca, estamos muy ocupadas y no tenemos por qué elegir entre el amor y nuestra carrera profesional. El segundo, sin duda, es la revolución digital: la tecnología nos da acceso a un sinfín de oportunidades y nos permiten ahorrar muchísimo tiempo, de hecho, nos permite seguir viviendo -ahí es nada- y, simultáneamente: reservar vuelos y hoteles, hacer la compra, parar un taxi o elegir la cena. Nos permite estar en el lugar adecuado en el momento adecuado siempre que queramos.
Durante la pasada década, la industria de la tecnología puso el foco en interconectar a personas que ya conocías a través de las redes sociales, lo que ahora está sobre la mesa es, sencillamente, utilizar el mismo vehículo para conectarnos con nuevas personas; desconocidas, sí, pero interesantes también.
Por otro lado, si quieres forjar una relación sana, una relación que te haga feliz: tiene que ser de igual a igual. Una relación igualitaria no es una relación anti-romántica, es un error pensar lo contrario, si te respeta, claro que puede abrirte la puerta y cederte el paso o invitarte a cenar, pero tú también puedes pagar la cuenta o invitarle a tomar una copa y no deja de ser romántico.
No lo creo, de hecho estoy convencida de que cuando ligamos en un bar o en una discoteca por la noche promovemos mucho más ese culto a la imagen: nos fijamos en alguien por su apariencia y actuamos. En Bumble, nuestras usuarios suben hasta seis fotos en las que aparecen cocinando, viajando, leyendo, practicando yoga, mostrando sus aficiones, sus talentos... Puedes averiguar un sinfín de cosas de esa persona antes de establecer el primer contacto.
El año pasado, el equipo de Bumble puso en marcha una iniciativa para eliminar todas aquellas fotos en las que los chicos se mostraban sin camiseta: "Son las que menos likes tienen" me asegura Whitney.
Nuestro equipo escucha constantemente a nuestros usuarios: sin ellos, no seríamos nada. Tratamos de ser los más proteccionistas posibles; no hay segundas oportunidades, animamos a las usuarias a reportar los abusos y eliminamos cualquier resquicio ofensivo o de mal gusto. Ten en cuenta que el mero hecho de que un hombre se registre y tenga un perfil activo en Bumble -con nuestras reglas del juego- ya denota un determinado talante. Al existir más filtros de verificación y seguridad, hay más obstáculos al abuso y la desigualdad, es más complicado que el entorno de Bumble sea un entorno inseguro para las mujeres, y aunque no existe criterio de prevención infalible existen mecanismos para actuar a posteriori.
La felicito por su reciente boda, acaba de casarse en Positano, Italia. También ha inaugurado una espectacular sede en Austin, Texas. La oficina cuenta con un glam room, un salón de belleza donde sus empleadas pueden despejarse y relajarse, una sala para madres, un espacio para la meditación... "La industria de la tecnología, tradicionalmente, se ha mantenido al margen de los espacios cálidos, bonitos y coloristas. Yo quería que nos sintiéramos como en casa". Papel pintado, libros de diseño, arte y moda, arañas de cristal, tocadores y hasta un restaurante bee-chic -Bumble tiene su propio pantone, el 122U, un amarillo vibrante y soleado que flirtea con el rosa chicle-.
Te sorprenderías, cada semana recibo docenas de invitaciones de boda y ya he descorchado botellas de champagne para celebrar la primera generación de Bumble babies.
Nosotros apostamos por el amor y la amabilidad: si para ti el amor es un rollo de una noche, diviértete. Si para ti el amor es matrimonio y familia, disfrútalo. Todas las opciones son válidas, lo que hace que el rollo de una noche no nos haga sentir culpables es precisamente la libertad para decidir, la seguridad, el respeto... Esos valores, son precisamente, los que nosotros promovemos.
¡Oh dios mío! Sin duda me haría muy amiga de la Ministra de Educación y reconfiguraría el sistema y los valores que inculcamos a las niñas desde muy pequeñas. Hay que educar a las niñas en un entorno de autoestima para que se conviertan en mujeres fuertes y hay que educar a los niños para que sean un apoyo en la causa por la igualdad porque es una causa que nos concierne a todos, no sólo a las mujeres.
Me siento especialmente identificada con la ola de nuevo feminismo; no somos iguales a los hombres ni debemos serlo, no tenemos que renunciar a nuestra feminidad para alcanzar los mismos derechos, el feminismo trata, precisamente, del amor hacia nosotras mismas.
Cree en ti misma. Nunca dejes que ningún hombre te haga sentir inferior y persigue tus sueños, porque con esfuerzo e ilusión todo es posible.
http://www.telva.com/estilo-vida/2018/01/10/5a56010ee2704e0d788b460f.html?cid=SIN14901