Un partido ilegal? xddd
#2 ¿Es pesado aquel que saca a relucir los trapos sucios del gobierno como hacía la anterior oposición? ¿O el que saca a relucir cosas que no interesa que se sepan?
P.D.:No he leído más
http://libertaddigital.com/noticias/noticia_1276275368.html
El consejero de Relaciones Institucionales y Participación, Joan Saura (ICV), afirmó que el secretario del consejero primero y responsable de finanzas de ERC, Xavier Vendrell, "debería dejar una de las dos cosas" después de enviar cartas a cargos vinculados a Esquerra para exigirles su cuota de partido. No parece opinar lo mismo el conseller socialista Joaquim Nadal que ha anunciado que no habrá "ningún tipo de investigación". Artur Mas ha acusado a ERC de "extorsionar" a los empleados de la administración.
no me he leido los replys, pero en todos los partidos politicos se da esto.
Todos los ministros de pp psoe iu etc (etc no es un partido xD) dan parte de su sueldo al partido.
PD: no tengo mas fuentes q lo que me ha contado mi mami q como es madre es muy lista (sabe planchar y todo Oo)
"no me he leido los replys, pero en todos los partidos politicos se da esto."
En el Psoe es de caracter voluntario, en IU es un 4% y en el PP son donaciones libres, es decir, que tu puedes dar o no dinero y puedes dar el que quieras, si ganas 10.000€ en el oficio que sea, ya sea puesto por parte de tu partido, o en la tienda de enfrente, no vas a tener que darle un 24% de tu sueldo, que no es precisamente poco, a tu partido politico que te a puesto en ese cargo a no ser que quieras verte en la calle, y yo personalmente, opino que te haya puesto quien te haya puesto, el trabajo que estas realizando, lo estas realizando tu, asi que a parte de extorsion, no se que otro nombre tiene lo de ERC, y que yo sepa, a salido a la luz porque han sido denunciados por un extorsionado, y los de erc no han dicho precisamente que sea mentira.
Me ha parecido interesante este texto:
Salvo que aparezca una fotografía de Carod-Rovira con una media en la cabeza y un trabuco en cada mano cobrando el impuesto revolucionario a los funcionarios de la Generalitat, nada de lo conocido hasta el momento sobre el sistema de financiación de Esquerra justifica un escándalo tan prefabricado como insólito. En el país de Filesa, de Naseiro y del 3% ha debido de parecer extravagante que un partido exija a sus cargos públicos y su personal de libre designación que contribuya a las arcas del partido con parte de su sueldo, un sistema que, depurado de errores inadmisibles –como pedir la cuota a militantes de otras formaciones- es la fórmula más transparente que se recuerda por estos lares.
El origen de la tremolina es la no renovación de tres contratos por obra y servicio a otros tantos empleados de la Secretaría General de la Juventud, designados en su día por Convergencia como personal de confianza y mantenidos por ERC, a los que se hizo llegar la ya famosa ‘carta financiera’, un compromiso escrito en donde se estipulan las aportaciones aplicables a cada caso y en el que se advierte de que su incumplimiento llevará aparejada la destitución. Como quiera que ninguno de los tres se avino a pasar por caja y con posterioridad se decidió la extinción de su relación laboral, los afectados entendieron que habían sido víctimas de una venganza.
Esquerra está convencida de que uno de ellos, D.B., del que asegura que percibía más de 3.000 euros mensuales y al que se le pedía una aportación del 15%, relató su desgracia a un concejal de Iniciativa per Catalunya de Esparraguera, un pueblo del Bajo Llobregat, y que éste puso el asunto en conocimiento del conseller de Relaciones Institucionales de la Generalitat, Joan Saura. Lo que Esquerra supone es que Saura vio la oportunidad de contrarrestar las simpatías que los republicanos habían despertado entre la militancia de Iniciativa por su actitud frente al Estatuto y, de paso, acallar la críticas internas por su ‘entreguismo’. Y que, fiel a su estilo, Saura filtró la noticia a sus dos medios de cabecera para dar al escándalo la dimensión requerida.
Es innegable que el sistema de financiación de Esquerra plantea dudas morales sobre quienes deben de ser los sujetos a los que es lícito pasar la hucha. En principio, resulta razonable que los cargos públicos, ya sean electos o por designación, sean requeridos para sostener económicamente a la organización que ha facilitado su designación, sean o no militantes. Por el contrario, aunque éste no sea el caso, pretender que cualquier trabajador público entregue su óbolo por el mero hecho de estar a las órdenes de un dirigente de Esquerra constituiría una extorsión injustificable.
El conflicto se produce en el ámbito mucho más difuso del denominado personal de confianza, que se supone integrado bien por aquellos funcionarios o laborales expresamente designados por el partido para cubrir determinadas plazas de la Administración -y que dada su especificidad y su componente de adhesión llevan aparejadas un salario más elevado-, bien por trabajadores que ya desempeñaban estas tareas satisfactoriamente pero cuyo relevo por otros afectos a la causa hubiera sido considerado hasta lógico. Nadie cuestionaría que un consejero removiese a la secretaria, al director de gabinete o al jefe de prensa de su antecesor, especialmente si es de otro partido. Por idéntico motivo, mantenerlos en sus puestos equivale obviamente a asimilarlos a su personal de confianza.
¿Es legítimo pedir a estos empleados públicos que colaboren en el sostenimiento del partido sean o no militantes? He ahí el quid de la cuestión. Esquerra entiende que sí y lo hace a las bravas, sin subterfugios: con un documento en el que reclama un porcentaje variable que oscila entre el 4 y el 25% en función del sueldo. Juzga que está en su derecho en la medida en que tiene capacidad para sustituirlos. El planteamiento es discutible. ¿Es mejor secretaria quien paga la cuota que quien no la paga? ¿Es más eficaz el asesor que se retrata ante el partido que el que no lo hace? Con esta escala de valores, no efectuar donaciones a Esquerra puede ser un motivo de pérdida de confianza pero, desde luego, no puede constituirse en argumento de represalias laborales como el despido. De haberse producido un solo caso, cualquier atisbo de razón que pudieran esgrimir los republicanos se habría evaporado.
El sistema, como se ve, es imperfecto pero goza de la suficiente transparencia para que cualquier abuso pueda ser corregido en los tribunales, a los que, por cierto, nadie ha recurrido. Por eso sorprende la furibunda reacción de partidos como CiU, que encabeza el ranking de las donaciones opacas y de cuya relación con las comisiones por obras podría hablar largo y tendido el mismísimo Jordi Pujol, o de Iniciativa, socio en el Tripartito, y muy implicado en favorecer algunas cooperativas de viviendas cuya rentabilidad no solamente es social. ¿Acaso el PSOE, el partido que puso de moda las tramas empresariales de informes ficticios, está libre de culpa? ¿Es Rodríguez Ibarra, famoso en Extremadura por amenazar a los medios críticos con retirarles la publicidad institucional, el político más cualificado para hablar de extorsión y de chantaje? ¿Puede el PP tirar la primera piedra sin mirar de reojo a Naseiro o sin explicar cómo, siendo el partido que más ha gastado en campañas electorales, ha logrado eliminar su deuda bancaria?
La rapidez con la que ha decidido actuar la fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña sería muy loable de no ser por la estrecha y conocida relación del fiscal Mena con Joan Saura, con el que ha trabajado codo con codo en su etapa en Anticorrupción en casos como el que afectaba a Javier de la Rosa y que acabó salpicando al hoy presidente del PP de Cataluña, Josep Piqué. La fiscalía no pasará de abrir diligencias informativas pero lo importante es el ruido que ya ha generado. Favor con favor se paga.
No cabe duda de que urge establecer de una vez por todas un sistema coherente de financiación de los partidos políticos. Será la única manera de acabar con los abusos y con tanto fariseísmo. Será también la manera de conseguir que Carod deje de vestirse como el cobrador del frac, que el hombre ya no está para esos trotes.
Fuente:
http://www.elconfidencial.com/opinion/indice.asp?id=1249