En casa de mis padres pasaban fenómenos extraños, grifos q se abrían, martillazos, azulejos rotos, portazos, mi madre entro en depresión por estos fenómenos, vino una médium a casa y expulsó a uno de los dos espirutos q habían, el otro dijo q se llamaba Hulio y q era amigo de Joaquin del betis
#66 la galletita? No se que es eso
Pero es tan simple como que podemos estar hablando de alguien, sale el tema chicas y hablamos de las tías con las que estamos y nos ponemos cachondos. Así que decidimos hacernos un pajote viendo porno. Y mientras tal pues seguimos hablando de nuestras cosas. Es algo muy natural y 0 homo
Si apetece en el momento apetece y ya está. No debería haber tabúes al respecto
Una vez hace años, vi a un niño pequeño, le quería ofrecer unos caramelos sin más de limón, desgraciadamente lo llamaron algún familiar de él y se fue. Afortunadamente se fue, porque me podrían haber linchado sin razón.
HISTORIA PRIMERA
Cuando teníamos 10 años estábamos todos reunidos un día en una zona alejada de la mirada de extraños (un descampado). Estábamos en aquel momento haciéndonos pajas grupales. Y aquel día era el cumpleaños de un amigo (Pablo). Y mientras hablábamos de lo guapo que tendría que estar follar, las mamadas y el porno, en un punto de la situación, Pablo le dice a su hermano (Lucas) en gallego "veña va, chúpama que hoxe estou de cumple" (venga va. chúpamela que hoy estoy de cumple). Y obviamente, Lucas, que tenía 6 años por aquel entonces no quería hacerlo. Cómo lo iba a hacer? Era impensable. Hasta a mí me parecía de locos. Recuerdo que yo permanecí callado durante los primeros momentos. Aunque he de reconocer que me hacía gracia. Me sacaba una grata sonrisilla. Pero al final empezamos todos a gritarle que lo hiciera mientras la cosa iba a más y los ánimos se exacerbaban.
Le decíamos que no pasaba nada, joder. Que si quería ganarse un sitio con nosotros en el grupo tenía que hacerlo. Que aquí todos nos habíamos chupado las pollas (fake). Y al final el tío con la presión se pone de rodillas. La petición cobraba vida y, entre tanto, yo estaba que ni me lo creía. Con las manos en la cara tapándome los ojos pero abriéndolos a la vez como quien no quiere ver el temor de un final terrible e inevitable. Ahora sabíamos que el final llegaría. Apoteósico. Se pone de rodillas Lucas y Pablo se acerca a él. "Veña va, ponte eí e chúpama". Lucas tiene dudas y no se dedice. Quiso desembarazarse de la situación y marcharse. Insistimos nuevamente y se queda en el sitio finalmente. Ahora sin vacilaciones Pablo se dirige a lo que yo creía que era meterle la polla en la boca. El chaval cierra los ojos. No lo quiere ver. La tiene ya casi encima. Y no va el cabrón y le empieza a mear en toda la puta boca. Jajajajajaja. Cada vez que lo recuerdo... bendita infancia y adolescencia
Nosotros, desde entonces, ya no somos los mismos
HISTORIA SEGUNDA
Hace 3 años hurté un Código Penal de la biblioteca de la universidad. Tenía conocidos estudiantes del grado de filosofía que iban a la biblioteca de Medicina y robaban libros carísimos. Doy fe de ello, uno de mis hermanos es médico. Sé lo caros que son. Luego los vendían en el cash converters y se sacaban un buen tajo de pasta. Yo no iba a ser menos. Tomé ejemplo de ellos. Así que, llegado un día, decidí hacerlo.
Ese día llevé un cutter conmigo. Sabía que tenía que cortarle las pegatinas metálicas al libro para que al salir por las barras metálicas no me pitara. Fui al baño con el Código Penal escondido dentro de la chaqueta y con el cutter. Había cámaras antes de llegar al baño. No me podía ver siquiera alguien. Llego al baño. Cierro la puerta. Entro en el váter y cierro la puerta también. Me pongo nervioso y sudo mientras busco las barras metálicas y las corto. Entra alguien en el baño y no quería que me escuchara. Pensaba en que me daría miedo si era un segurata que me había visto por la cámara. Todo era fruto de la sugestión. Hago ruídos de toser, de escupir y sigo cortando y cortando. Eché 3 minutos. Termino y reviso que todo está seguro. Lo está. Salgo con el Código Penal y el cutter entre la camisa y la chaqueta. Nadie me había visto.
Llega la hora de abandonar la biblioteca. Lo guardo todo en la mariconera. Subo las escaleras. Veo la salida. Está delante de mí. Camino hacia delante. Sudoroso. Temeroso. Podía hacer el rídiculo y que me jodieran un poco. Apuro el paso y...
Uf. Me libré. Respiré con alivio al cruzar aquella línea. Todo salió como debía. Qué adrenalina aquel día, joder. No sé por qué. Era un hurto menor. Juro haber hecho cosas peores en mi edad del pavo.
Desde aquella no me olvido del artículo 234 apartados 2 y 3 del Código Penal. Siempre he pensado que la mejor manera de estudiar Derecho es de forma práctica. Ya te digo yo que sí. Jeje. Aquel día, al menos, salí de la biblioteca sabiendo algo nuevo. O dos. Jeje
