El mercado laboral español sufre un mal endémico que, en la comparativa con Europa, le deja muy mal parado. Junto a otro vecino del sur mediterráneo, Grecia, España lidera negativamente la tabla de desempleo de larga duración (trabajador en búsqueda activa de empleo por al menos un año), con una tasa que repunta por efectos colaterales de la pandemia hasta el 6,2% del total de la población activa. Superando esta tasa, únicamente los griegos, con un 9,2%.
Así lo revelan las tablas estadísticas de Eurostat, que define este desempleo como "la proporción de la población económicamente activa -es decir, en edad de trabajar- de 15 a 74 años que ha estado desempleada durante 12 meses o más". Este punto es importante aclararlo para comprender los porcentajes, ya que la Encuesta Europea de Fuerza de Trabajo (LFS), elaborada por Eurostat y recogida por el INE, toma como referencia el porcentaje de desempleados de larga duración sobre el desempleo total.
La última Encuesta de Población Activa publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondiente al primer trimestre, recoge que unos 1,5 millones de personas llevan más de un año buscando un empleo. De esta cifra, el 40% mantiene esta búsqueda activa sin posibilidad de encontrar empleo desde hace más de cuatro años, lo que supone una suma de 600.000 trabajadores parados de este tipo.
Al hilo de este dato, el sindicato UGT criticaba que "las personas en paro de larga duración continúan viviendo un drama en nuestro país". A su parecer, la actual reforma laboral no ampara a estos desempleados "ya que se mantienen fuera del sistema laboral". Así, rescatan un dato para destacar la "cifra alarmante", explicando que según la última Encuesta de Condiciones de Vida (2021), hasta un 58,6% de las personas desempleadas se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social.
Las estadísticas publicadas este mismo mes por el INE muestran que este tipo de problema en el desempleo es especialmente agravante en España para el sexo femenino, y no existe una brecha tan grande en la media europea.
Desde la crisis financiera de 2008 se han producido grandes disrupciones y, especialmente, se han alcanzado cotas elevadas de desempleo al compás de la complicada situación económica. Con varias crisis encadenadas, cada vez con una cadencia mayor, las lagunas laborales son un fenómeno negativo que se antoja cada vez más frecuente en el expediente de cada trabajador.
Así, el desempleo de larga duración hace especialmente daño a aquellos trabajadores que están justo en los años previos a la jubilación, donde más de 60% de los parados llevan buscando empleo desde hace al menos un año, según datos de 2021 que publica el INE.