España necesitará 24 millones de trabajadores migrantes hasta 2053 para sostener las pensiones
El Banco de España ha publicado este martes los capítulos de su informe anual de 2023 en los que analiza la resiliencia de la economía española y los retos económicos aún pendientes, entre ellos, la sostenibilidad de un sistema de pensiones que supone "una de las partidas de gasto estructural más relevantes" y muestra una clara tendencia al alza que se prolongará en las próximas décadas.
Ángel Gavilán, el director general de Economía y Estadística del Banco de España, ha asegurado este martes que en los próximos 30 años harán falta 24 millones de trabajadores migrantes para mantener la relación entre trabajadores y pensionistas y sostener así el sistema de pensiones.
El diagnóstico de la institución es un tanto alarmista respecto al futuro las pensiones. En su informe anual, la entidad calcula que subir un punto porcentual el tipo efectivo medio de las cotizaciones sociales para financiar el sistema de pensiones generaría una caída del 0,25% en el número de ocupados al cabo de cuatro años, lo que equivale a más de 50.000 puestos de trabajo.
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Otro de los retos planteados por el Banco de España respecto al envejecimiento de la población tiene que ver con los desajustes que puede producir en el mercado de trabajo, un problema que se ve compensado por el fenómeno de la inmigración.
Gavilán ha detallado que los flujos migratorios supondrán una ganancia neta poblacional de casi 10 millones de personas hasta el año 2053, de los cuales el 70% está en edad de trabajar, es decir, unos siete millones. Esta cifra, sin embargo, es insuficiente: según Gavilán habría que multiplicarla por tres -hasta 24 millones de trabajadores extranjeros- para que la tasa de dependencia en España se mantuviese constante.
A pesar de esta "intensidad" en los flujos migratorios, Gavilán ha hecho hincapié en que no va a ser suficiente para atajar el problema, teniendo en cuenta el perfil de los inmigrantes (el 80% no tiene estudios universitarios) y las necesidades de las empresas, con una economía en plena transformación verde y tecnológica, un desajuste que también se aprecia en trabajadores nacidos en España.
En el informe también se hace referencia a las perspectivas de crecimiento de la economía española, que se mantienen "relativamente favorables a lo largo del horizonte 2024-2026", debido al fin del endurecimiento de la política monetaria, la moderación de la inflación y el impulso fiscal proveniente del programa Next Generation EU (NGEU).