Es el segundo país europeo con más empleo atípico, es decir, temporal, a jornada parcial o de subcontrata, con una tasa del 25%, frente a la media del 11%, según datos de la OIT
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) también divulgó este lunes un informe bajo el título 'El empleo atípico en el mundo: retos y perspectivas', en el que concluye que España es, tras Polonia, el segundo estado europeo donde más proliferan las formas atípicas de empleo, es decir, los contratos temporales, a tiempo parcial o a través de agencia que, en la mayor parte de los casos, no aseguran los mismos derechos que si los empleados tuvieran un trabajo fijo e indefinido. Así, si la temporalidad alcanza una tasa media del 11% en 150 países, España, con una temporalidad de más del 25%, duplica este porcentaje (al igual que Mongolia y Perú), mientras que otras naciones como Jordania, Letonia, Noruega y Sierra Leona no llega al 5%.
Y, tal y como está actualmente el mercado laboral, no es descartable que esta elevada tasa aumente en el futuro, pues a día de hoy más de nueve de cada diez contratos nuevos que se firman son de carácter eventual. Pero también puede ser que esta situación se regule, puesto que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado en estos últimos tiempos varias sentencias advirtiendo a España que no puede discriminar a los trabajadores en función de la duración de su contrato y le ha instado a equiparar las indemnizaciones de los interinos con las de los fijos.
En esta línea, la OIT alerta en este informe de que las personas con un contrato temporal pueden estar sujetas a desventajas salariales de hasta el 30% si se compara con los trabajadores permanentes para un puesto similar. De hecho, la brecha salarial entre un temporal y un indefinido ascendía a 775 euros brutos al mes en 2015 y se incrementaba más de un 30% durante la crisis, según los datos divulgados la semana pasada en el estudio sobre el decil de salarios que elabora el INE con los datos de la EPA.
A su vez, la organización avisa de que en los países donde el empleo atípico está muy extendido, hay un mayor riesgo de que los trabajadores pasen del empleo al desempleo e incluso las tasas de accidentes laborales son más altas, aparte de encontrarse con dificultades para ejercer sus derechos fundamentales en el trabajo o a tener acceso a las prestaciones de Seguridad Social y a la formación profesional.