Hace ya algún tiempo que vengo dándole vueltas a este asunto y lo cierto es que comienza a preocuparme sobremanera la poca fe que presentamos los españoles en lo referente a nuestro futuro.
No creo que seamos el único país que ha cometido fallos. La mala gestión económica y una clase política corrupta son el pan de cada día en muchos otros países; no obstante, lejos de cargar contra su propio pueblo, la juventud ha optado por ponerse manos a la obra en la defensa de sus derechos. Muchos achacan parte de este atontamiento a las deficiencias que presenta la educación pública, otros a unos medios de comunicación que se encargan de que únicamente te sientas español cuando juega La Roja. De cualquier manera, pienso que el combustible necesario para mejorar la situación en la que se encuentra España radica en el cariño que mostremos hacia ésta.
Los españoles no hemos sido más que el resultado de un éxtasis transitorio en el que nos pensábamos ciudadanos del primer mundo. Nos vendieron fantasías adornadas con hipotecas que te permitían llevar una lujosa vida, y entre coches y lavadoras nos olvidamos de escribir correctamente y expresarnos con coherencia. Entre tanto balbuceo solo distingo injurias hacia nuestro pasado y carácter, cosa que me repugna.
Creo que todos deberíamos reflexionar y darnos cuenta de que los verdaderos culpables no somos más que nosotros mismos. Y esto no se soluciona con la emigración, no, todo español debería sentir la obligación de permanecer en su país y afrontar con valor el resultado de sus propias acciones. No creo que esta situación pueda mejorar cuando en las únicas medidas que creemos son la emigración o la miseria.
España mejora invirtiendo mucho más en educación, no recortándola; España crece cuando hay suficientes fondos para I + D + I, cuando no nos olvidamos de prolongadas dictaduras con el fin de que no se produzcan nunca más, cuando no ignoramos nuestra propia cultura dejando que nuestro patrimonio artístico e histórico caiga en el olvido, sólo porque alguien pensó que carecía de productividad, o cuando apoyamos la marca “made in Spain” en lugar de desprestigiarla sólo porque sea un producto nuestro.
Poseemos una gran cantidad de ciudades antiquísimas, bellos bosques, playas, zonas de pasto… No creo que amar a este país y desear su bien sea de fachas, franquistas o asesinos.