La Fiscalía de Alicante investiga un presunto caso de discriminación en un pub del Casco Antiguo de la ciudad, por expulsar del local un sábado por la noche a un grupo de trece jóvenes con síndrome de Down, según confirmaron a este diario fuentes del ministerio público y de la Asociación Síndrome de Down de Alicante que denunció los hechos.
Según la denuncia, el altercado ocurrió el pasado 6 de noviembre, fecha en la que la asociación había organizado una salida de ocio y tiempo libre para un grupo de trece jóvenes que se componía de una cena y la posterior visita a algún pub para tomar alguna consumición. El incidente se produjo sobre las 23.15 horas en el pub Basic de la Plaza San Cristóbal. Después de que el grupo entrara y pidiera sus consumiciones, se afirma en la denuncia, el responsable del establecimiento se acercó para preguntarles si se iban a quedar mucho tiempo. "Al recibir contestación afirmativa de los monitores, les compelió a abandonar el local por razón de su minusvalía", señala la denuncia que concluye diciendo que al final se tuvieron que ir a la vista de la actitud del propietario del local.
Desde la asociación se opina que este tipo de salidas son muy necesarias para el correcto desarrollo social e intelectual de estos jóvenes. El colectivo considera esta actitud como una clara violación de los derechos de los afectados, así como un grave perjuicio para el desarrollo intelectual y emocional de estas personas.
La Fiscalía ha abierto una investigación por si los hechos constituyen un delito tipificado en el artículo 512 del Código Penal, en el capítulo correspondiente al ejercicio de los derechos fundamentales y libertades públicas. El citado artículo prevé penas de entre uno a cuatro años de inhabilitación profesional, oficio, industria y comercio a quienes "en el ejercicio de sus actividades profesionales o empresariales denegaren a una persona una prestación a la que tenga derecho por razón de su ideología, religión o creencias, su pertenencia a una etnia, raza o nación, su sexo, orientación sexual, situación familiar, enfermedad o minusvalía".
Según las fuentes consultadas por este diario, la Policía ya ha tomado declaración al propietario del pub denunciado por estos hechos. A los pocos días de esta comparecencia, en la sede de la Asociación se ha recibido una carta del denunciado en la que pide disculpas por el incidente al tiempo que asegura no entender qué le pudo ocurrir. Asimismo apunta que no tenía intención de discriminar a nadie e invita a los jóvenes a volver al local siempre que lo deseen. Las fuentes consultadas por este diario señalaron que la carta no frena la tramitación de la denuncia. Este diario trató ayer de ponerse en contacto con el denunciado, pero no fue posible porque el establecimiento se encontraba cerrado y sólo abre sus puertas los viernes y sábados.
Por su parte, la presidenta de la Asociación Alicantina de Síndrome de Down, María Victoria Llano, asegura que este episodio es uno de los peores al que han tenido que enfrentarse en sus 14 años de andadura. Llano defiende el derecho que tienen los jóvenes de la asociación "a divertirse, como lo hacen aquellos que nacieron sin este problema". No obstante, la presidenta de la entidad afirma que "no cancelaremos nuestra agenda del club de ocio, ya que durante los años que viene desarrollándose hemos superado nuestro miedo como padres al ver que la adaptación de nuestros hijos era positiva y que eran felices con esta iniciativa". Este mismo año, la responsable de otro pub en Valencia fue condenada a un año de inhabilitación por un caso similar. La encargada había denegado la entrada a un grupo de ocho jóvenes con Síndrome de Down que iban acompañados por sus monitores.
No es nada nuevo que estos casos se den en pubs o discotecas de cualquier ciudad (como bien apunta el último párrafo). Pero es un hecho que todos nos hemos sentido discriminados a la entrada de una zona de ocio por llevar una determinada vestimenta o por no 'encajar' en el prototipo de cliente de un local determinado.
Cierto es que el negocio tiene un dueño y puede ejercer el derecho de admisión y de echar a gente de allí ya que es un propiedad privada; pero si no hubiera alegado que eran trisómicos y expresado su desagrado a que personas deficientes compartieran espacio con el resto de clientes, ¿habría algo que alegarle? ¿cuál es el límite para el derecho de admisión?
Estoy totalmente en contra de lo que ha hecho este señor, pero son situaciones realmente comunes que el te echen o directamente no te dejen entrar a random sitio porque no quieren que estés allí por <inserte excusa estúpida>, tengas o no alguna deficiencia.