El peso que han ido ganado los trabajadores extranjeros a lo largo de las últimas décadas en la fuerza laboral les ha llevado de ser un colectivo prácticamente irrelevante en términos laborales a convertirse en una pieza clave en el mercado, y que todo apunta seguirá creciendo a lo largo de los próximos años.
Si allá por 1976, en lo que puede definirse como el principio de la Transición, estos trabajadores extranjeros apenas representaban el 1,3% de los ocupados y el 2,6% de la población, hoy, los extranjeros han multiplicado su presencia en el mercado de trabajo hasta representar el 20% de los empleos a cierre del primer trimestre de este año, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).
Sin embargo y pese a que padecen una tasa de paro mucho más elevada (19,90%) que la de los españoles (12,15%), acaparan la creación de nuevo empleo. En los últimos 12 meses (del primer trimestre de 2022al de 2023), periodo en que la economía ha recuperado la “vieja normalidad” postpandémica, se han creado 368.100 empleos, correspondiendo a extranjeros el 77%, o 284.400, puestos de trabajo.
Según se desprende del Observatorio Demográfico CEU, “La inmigración en el mercado laboral español”, dirigido por Joaquín Leguina y coordinado por Alejandro Macarrón, este incremento del número de extranjeros ocupados no es algo novedoso, ya que según los datos de los últimos años vienen a confirmar que la mayoría del nuevo empleo neto lo ocupan extranjeros.
Este trabajo pone de relieve que la vieja idea de que los trabajadores extranjeros vienen a cubrir los puestos que los nacionales no quieren, bien por su dureza física o por su menor formación, no termina de ser cierta en su totalidad. Si bien es cierto que hay sectores en los que los trabajadores foráneos siguen teniendo un peso relativamente superior, el coordinador de este trabajo, considera que “lo que se está produciendo es un solapamiento entre trabajadores nacionales y extranjeros en sectores muy concretos”, como es el caso de determinados servicios, la construcción o la agricultura.
Esta percepción también ha ido cambiando a lo largo de los últimos años cuando han surgido un conjunto de nuevas profesiones que es su mayoría han sido ocupadas por trabajadores extranjeros, como los nuevos servicios asistenciales de personas mayores ante el envejecimiento, los dependientes de comercio o los vigilantes de seguridad.
El peso de los trabajadores extranjeros ocupa más de una cuarta parte de los puestos en un buen número de comunidades, siendo Baleares la que cuenta con el mayor peso con el 31,6%, lo que obedece en buena medida al peso de estos trabajadores en el sector servicios, fundamentalmente el turismo. Un caso semejante es el de Canarias donde esta fuerza laboral representa el 28,2%, mientras que en Madrid, este porcentaje se modera levemente hasta el 26,5%, mientras que en Cataluña alcanza el 24,6%.
Los datos de la EPA que resalta este trabajo del CEU destaca que las extranjeras trabajan “en su abrumadora mayoría” en los servicios, mientras que los hombres mucho más en agricultura y construcción que los españoles, y bastante menos en el sector industrial. En el conjunto de 2022, los inmigrantes desarrollaron el 16,5% de todos los empleos, el 26,4% del sector agrícola, el 11,6% en la industria, el 24,8% en construcción y el 16,7% en servicios.
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