Francia dice NO al corso como lengua cooficial

Ya empieza el de "todos los nacionalismos son malos excepto el mío".

#3 va venga, caigo al bait:

«el nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia entre la unidad nacional y la política»

Y es sólo sacado de la wikipedia, en plan vago

#3 Joder macho, borra ese mensaje que me estás dando vergüenza ajena. Menudo cacao mental tienes, chavalote. El nacionalismo como te han indicado, es básicamente lo que dice #16 , que es la definición que da Gellner y viene a ser más o menos un sinónimo de soberanía nacional. El estado como avatar político de la nación.

La clave no está en la chorrada que has expuesto, que es digna de no haber leído un puto libro en la vida, sino de cómo entendemos la nación. Es decir, y voy a tratar de no liar mucho las cosas, si la entendemos de manera política, en consecuencia, un estado basado en la soberanía popular/nacional que iguala en derechos, privilegios y libertades al conjunto de la nación, independientemente de su lengua, color de piel, sexo o edad; o de manera étnica, es decir, como si la comunidad humana fuese un órgano vivo que se extiende a lo largo del tiempo, manteniendo su esencia a perpetuidad puesto que se trasmite a través de la sangre, y, por lo tanto, tienen derecho a significarse como sujeto político, es decir, como estado.

Evidentemente, y yo lo he discutido hoy con otro usuario, no creo en la segunda opción. Para que surja una nación se deben dar características objetivas (una convivencia más o menos prolongada bajo un estado territorial y una lengua administrativa-literaria que vertebre a la élite) y subjetivas (que se dan posteriormente). En consecuencia, la nación no es algo que podamos conocer a priori, sino a posteriori.

Por lo tanto, la idea no es si algo es nacionalismo o no, es si la comunidad que quiere significarse como nación reúne las características y si realmente quieren. También podemos aplicar la máxima que hay tanto en el primer liberalismo (que no en el neoliberalismo) y en el marxismo, que es la ilegitimidad de un movimiento nacional (fraccionario) cuando pretende romper la unidad política y legal ya dada, puesto que es una vuelta al feudalismo.