Soy consciente de que la hostelería es un pilar importante en este nuestro país, pero la verdad es que cada vez me da más pereza comer en restaurantes si las circunstancias no me obligan (quiero decir que aún teniendo la opción de hacerme la comida, decida comer fuera).
Es verdad que en restaurantes se te va una pasta importante cuando lo conviertes en hábito y frecuentas locales de calidad decente, pero no es tanto una cuestión de dinero, sino de preocupación por lo que estoy comiendo. El elitismo en la alimentación hoy en día es un poco ridículo porque incluso aunque comas productos de primera calidad en casa, solo dios sabe la cantidad de nitritos, insecticidas, metales pesados, microplásticos y demás mierda que ingieres, pero que además te la preparen desconocidos es añadir una capa de incertidumbre a lo que comes, tanto en su procedencia como en la higiene con la que te lo han preparado. Por no hablar de la cantidad de sal y otros conservantes, que cuando estás acostumbrado a cocinar con la sal justa y necesaria, te paras a pensar en la sal y otros condimentos que llevan los alimentos que comes fuera.
Soy consciente de que hay platos que difícilmente vas a poder comer en condiciones en tu casa (como carnes al horno de leña, o pizzas artesanales), pero con darte un capricho de esos al mes, estás servido. ¿Compartís mi preocupación, o que me follen y trae pacá esa Domino’s?