Un total de 45 millones de euros públicos tirados a la basura en un proyecto que jamás llegó a ver la luz. Un trabajo que costó una millonada, que finalmente se abandonó «porque no funcionaba» y que, tras enriquecer a varias empresas, terminó siendo sustituido por un sencillo portal realizado, sin más cargo para el erario público, por los propios técnicos de la Comunidad de Madrid.
En 2006, el Gobierno regional madrileño, capitaneado por Esperanza Aguirre y por la entonces consejera del ramo, María Dolores de Cospedal, lanzó con pompa y boato un magno proyecto del que saldría una suerte de Google Earth madrileño.
Geomadrid, que así se denominó, iba a poner al alcance de los madrileños, mediante una web, un minucioso mapa cartográfico e interactivo de toda la Comunidad de Madrid, pura «tecnología punta».
Su futuro, en ese momento, parecía esplendoroso. El producto, en cambio, jamás llegó a ver la luz con éxito, sólo de manera embrionaria. De hecho, el grueso de Geomadrid yace ahora mismo en los cajones de Arpegio, la sociedad pública investigada en el Caso Púnica.
La entrega definitiva del producto a Arpegio la realizó Arnaiz Consultores, la firma de Leopoldo Arnaiz, el urbanista que realizó al menos una veintena de planes generales de ordenación urbana para otros tantos municipios del PP, y al que se juzga actualmente por blanqueo y que en su momento declaró en la comisión de investigación del Tamayazo, la salida del PSOE de Rafael Simancas en 2003 de dos cargos electos que finalmente facilitó la llegada al poder de Esperanza Aguirre, tras la repetición de las elecciones regionales.
Arnaiz Consultores cobró, por parte del proyecto, al menos nueve millones de euros entre 2002 y 2009, según los datos expuestos por una de sus ex trabajadoras.
Arpegio, según fuentes de la propia empresa, le pagó a Arnaiz los últimos 200.000 euros por la última recepción de un proyecto que en realidad había capitaneado otra empresa pública de la Comunidad, Tres Cantos S.A., firma creada para urbanizar la localidad tricantina y finalmente utilizada para presupuestar y dirigir el proyecto, que en realidad había sido proyectado en 2002, en la época en que gobernaba la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón. De Tres Cantos S.A. fueron presidentes durante los primeros años de la década pasada, cuando se muñía el proyecto, entre otros, Francisco Granados, hoy en prisión por Púnica; María Dolores de Cospedal, que da el pistoletazo de salida a la web, y al que se considera el consejero que comienza a dotar la idea de presupuesto durante la época de Gallardón, Luis Peral.
Web Planea
Geomadrid, en definitiva, se comienza a urdir en 2002, se lanza en una primera versión muy embrionaria en 2006, cuando los técnicos advierten de que «plantea problemas» y «no funciona», según fuentes del actual Gobierno regional, y es integrado en 2008 en la web Planea, realizada por técnicos de la propia Comunidad.
La llegada de Juan Oñate a Tres Cantos S.A., bajo el mandato de la consejera Ana Isabel Mariño, marca el momento en que se abandona el proyecto, según fuentes de Arpegio. Esta empresa pública se fusiona con Tres Cantos S.A. en 2010, y aún en 2011 Arpegio le abonaría 200.000 euros a Arnaiz por el último coletazo del proyecto, que pese a todo llegó «muerto» a la firma, como aseguraban ayer fuentes del actual Ejecutivo. Todos los hechos, en cualquier caso, tuvieron lugar durante las etapas de Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.
La consejera que lo impulsó definitivamente hasta su inauguración en 2006, por ser la titular en ese momento de la Consejería de Transportes e Infraestructuras, fue María Dolores de Cospedal, ahora secretaria general del PP nacional.
Y si en 2011 Arpegio era una empresa creciente con un presupuesto de más de 200 millones anuales, para la que pagar esos 200.000 euros eran migajas, ahora está bajo la lupa del juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco, que investiga las actividades y los gastos de la Fundación Arpegio en la instrucción del Caso Púnica.
El PSOE ya criticó duramente en 2010 en la Asamblea de Madrid aquellos contratos de Geomadrid a la empresa del arquitecto Arnaiz, puesto que alegó que tener esas bases de datos, entonces única, le proporcionaba «información privilegiada» para los planes urbanísticos que posteriormente elaboraba a los ayuntamientos madrileños, la mayoría de ellos del PP.
Otra mas para la lista de este mes, otro ejemplo de como se ha de gestionar el dinero publico y el buen hacer de la mafia en las instituciones. Asegurando la buena utilización del dinero de las arcas publicas y una ejecución impecable del proyecto. Me parece que se están superando récords previos.