Ricardo Suárez Álvarez, el autor de la muerte de Gaspar García, el conductor que atropelló a su hija sin que esta resultara herida, asegura que en ese momento estaba borracho y que creyó que la niña estaba muerta. Suárez afirma que se ha entregado a la policía porque está arrepentido y que su mujer no tuvo nada que ver en el suceso.
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Estando borracho acierta en la cabeza 9 de 11 disparos. gL.
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Los hechos ocurrieron en Sevilla el pasado día 8 de enero y desde entonces, Ricardo Suárez permanecía huido de la justicia. Anoche, junto a su abogado, se entregó de forma voluntaria en la frontera de Ayamonte.
En declaraciones a Antena 3, Ricardo Suárez dice que se entrega porque está arrepentido de lo que hizo pero se justifica afirmando que "estaba borracho". "Una semana antes tuvimos una pelea con unos gitanos. Estuvimos amenazados, yo estaba borracho y creía que mi hija estaba muerta. Estaba sangrando por la boca y le pido perdón a la familia de ese hombre, perdón de corazón. Le doy a la familia mi más sentido pésame", añade.
Según su versión, creyó que se trata de "unos gitanos de la pelea anterior que tuvimos. Estábamos amenazados. A mi madre le prendieron fuego a la chabola, también a mi hermano. Tuvieron que salir de allí huyendo". "Llegaron a dispararme en la puerta de una obra. La puerta de la obra estaba cerrada y no me pudieron hacer más", añade.
Vació dos cargadores
Su relato de los hechos es que recogió a sus hijas del centro juvenil en el que estaban alojados y se fue a cenar a casa de su padre. "Al día siguiente, volví a llevar a las niñas al centro juvenil para comer. No había nadie en la calle. Mi niña salió fuera y claro, ese hombre pasó con el coche, yo estaba de espaldas y cuando lo vi creía que la había matado, entonces fui a por él".
Agrega que no sabía quien era y que tampoco llegó a hablar con él, aunque lo vio posteriormente "por televisión", mientras estaba escondido en Portugal. Entonces se puso en contacto con el abogado porque "yo no soy ningún asesino. Me creía que era un gitano".
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Claro. Matar a un gitano no es ser asesino.
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Confiesa que disparó "un puñado de veces, quité el cargador, puse otro y volví a disparar otra vez. Vacié dos cargadores, pero sin mirar para el hombre" que, admite, "no se bajó del coche. No le dio tiempo".
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9 mochas de 11 disparos, yendo borracho y sin mirar. ¿Llevaba OGC o qué?
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Insiste en que su mujer no intervino en el suceso porque "estaba desmayada en el suelo. Vi cómo se cayó al suelo con mi niño chiquitín en los brazos". Después llegó un hermano mío, cogió a la niña, la metió en la ambulancia y nos fuimos al hospital", asegura y reconoce que cuando llegó al centro hospitalario huyó creyendo que "había matado a gitano rival del barrio".
Durante el tiempo que ha estado escondido se ha alojado en casa de familiares, ha dormido en el campo, en albergues y en un hotel en el que utilizó una identidad falsa.
http://www.elmundo.es/elmundo/2006/01/20/sociedad/1137796000.html