#154 Aquí pasa una cosa y es que desde enanos nos encasillan en un proceso de formación mediante la educación que termina convirtiéndose en una carrera de competencias para luchar por un puesto en el mercado laboral.
El capitalismo siempre se ha basado en obtener un plusvalor del empleado y convertirlo en beneficio personal del empresario pero además, con los años, se ha ido legislando para que esa gente que está ahí, en puestos que requieren de poca formación y son fácilmente sustituibles (pero igualmente muy rentables), no puedan exigir mucho aunque lo produzcan y sean parte operativa básica del entramado empresarial. La ley de oferta y demanda y todo el pensamiento del libre mercado que defienden muchos es un paraíso de trampa que nos promete que ganará más dinero el que se lo merezca y menos el que no valga cuando la realidad es que solamente serviría para polarizar más aun las clases sociales y garantizar que las grandes fortunas puedan seguir creciendo.
Y todo esto se ha conseguido no porque la gente formada exijan lo que les corresponde por su valor laboral y formativo (que no productivo), sino porque exigen que el del Burger King no cobre más que ellos por una cuestión puramente egocéntrica. La cantidad da igual, lo importante es estar por encima a nivel social y ahí se crea la falsa idea de la clase media española.
Pues con esto, además, ya no te pagan en base a lo que produces tengas los estudios que tengas, sino en base a lo que dice la ley de derecho laboral que está esgrimida para marcar unos mínimo irrisorios de remuneración que de forma indirecta delimitan también los máximos en base al estándar social al que nos hemos acostumbrado.
Tu te ríes de la posibilidad de que un chaval del BK gane 2000€ porque lo ves una locura. Lo que no te paras a pensar es en que ahora mismo le están pagando no mucho más por la misma jornada laboral a un ingeniero industrial.
Así al mismo tiempo es como consigues que una sociedad adoctrinada se conforme con cobrar 2000€ en este escenario pensando que son unos afortunados y que su formación los precede cuando, realmente, están lamiendo del suelo las migajas de un proceso que expolia a la gente por sistema.