Un cristiano anti-homosexual ha pasado un año de su vida haciéndose pasar por una de las personas a las que tanto odiaba; solo para comprobar si su fe era la correcta.
Timothy Kurek creció en una comunidad conservadora de Nashville y se le enseño desde la infancia que la homosexualidad era una abominación.
Pero cuando una amiga de la infancia se puso en contacto con él y le relato lo duro que había sido el que su familia descubriera que era lesbiana, Kurek decidió ponerse en sus zapatos para ver si era tan grave.
El hombre de 26 años "salió del armario" y le contó la mentira a su madre, la cual no tardó en escribir para el periódico de la comunidad que hubiera sido más feliz si le hubiera tocado un cáncer terminal en vez de un hijo gay.
Obtuvo un puesto de trabajo en una cafetería de ambiente.
Un conocido de su amiga accedió a hacerse pasar por el novio de Kurek, acudiendo con él a bares para homosexuales. Incluso se apuntaron al equipo gay de softball.
Pese a su primer rechazo, Kurek empezó a cambiar de opinión sobre la homosexualidad según conocía grupos defensores de lsus derechos.
También descubrió que había un número muy elevado de cristianos homosexuales que tenían una fe incluso mayor que la suya. Poco a poco se volvió un aliado de esa comunidad.
A los que una vez consideró enfermos que irían directos al infierno, pasó a verlos como víctimas de todo tipo de abusos y burlas.
Es por eso que, tras haber dado a conocer la verdad (su heterosexualidad) ha escrito un libro llamado: ‘The Cross in the Closet’, que saldrá publicado en un mes, y que relatará todo lo que vivió durante ese año.