Vengo a exponer unos pensamientos sobre cierto tema que llevo tiempo criticando, y que de hecho no es la primera vez que menciono por aquí.
Ya una vez hablé, a modo de relato, de cómo el orgullo mata en gran medida el criterio de los interlocutores de una conversación. También expresé mi hastío hacia esa gente que tiene que estar siempre demostrando que es diferente, como necesitando pertenecer a una cierta etiqueta o grupo social para sentirse aceptados (y cuáles son los problemas de esta mentalidad).
Uno de mis últimos hilos (y relacionado con lo que voy a comentaros, por lo que os recomiendo darle una lectura rápida pese a que las imágenes se hayan quitado), hablaba de cómo muchas cuestiones ideológicas, se dan por sentadas sólo por sentirnos algo abrigados por dicha ideología, haciendo que gran parte del pensamiento esté separado por "bandos".
Dicho esto, comencemos por leer una definición de ideologización:
Ideologizacion - Hispano-Americano de la Mision
Proceso por el cual se influye con una determinada ideologia la manera de pensar y actuar de otros individuos o grupos. Según el DP : «Las ideologías llevan en sí mismas la tendencia a absolutizar los intereses que defienden, la visión que proponen y la estrategia que promueven.
En tal caso, se transforman en verdaderas ‘religiones laicas’.» Por el proceso de i , las ideologías llegan a presentarse como una explicación última y suficiente de todo y se construye así un nuevo ídolo, del cual se acepta a veces, sin darse cuenta, su carácter totalitario y obligatorio.
«En esta perspectiva no debe extrañar que las ideologías intenten instrumentar personas e instituciones al servicio de la eficaz consecución de sus fines. Ahí está el lado ambiguo y negativo de las ideologías.»
Creo que también es bueno referenciar otras dos cosas: la polarización social y el efecto burbuja.
Polarización es el proceso por el cual en un conjunto se establecen características que determinan la aparición en él de dos o más zonas, los polos, que se consideran opuestas respecto a una cierta propiedad, quedando el conjunto en un estado llamado estado polarizado. Por ejemplo, si una sociedad queda polarizada respecto un tema, significa que se han formado dos o más grupos de opinión contrarios entre sí, sin ningún punto en común.
Un filtro burbuja es el resultado de una búsqueda personalizada en donde el algoritmo de una página web selecciona, a través de predicciones, la información que al usuario le gustaría ver basado en información acerca del mismo (como localización, historial de búsquedas, y elementos a los que les dio clic en el pasado) y, como resultado, los usuarios son alejados de la información que no coincide con sus puntos de vista, aislándolos efectivamente en burbujas ideológicas y culturales propias del usuario.
Y ahora, mi comentario: estos conceptos que acabamos de ver, están totalmente al orden del día. Casi cualquier tema que se trate en política, se "redondea" o "simplifica" por decirlo de alguna forma, por dos puntos de vista altamente contrariados uno del otro: izquierda o derecha. Así funciona entre la mayor parte de la gente. Cualquier tema ya sea económico o social, tiende a tirar demasiado hacia un lado o hacia el otro, de una forma tan radical que hasta asusta. Lo vemos en el feminismo, lo vemos en el tema de los refugiados, lo vemos en economía y reparto del capital, lo vemos en la gestión de los derechos de las personas LGTB, en la concepción que tenemos de los grupos mayoritarios y también en la de los grupos minoritarios, en asuntos legislativos generales a nivel tanto de individuo como empresarial...
A fin de cuentas, cualquier tema que puede tener una profundidad enorme, y una cantidad de matices diferentes que tardaríamos horas en siquiera poner sobre el papel, la mayor parte de la gente tiende a sobresimplificarlos en base a su propia verdad (de ahí que ahora se esté acuñando tanto la palabra "posverdad").
La sobresimplificación del espectro ideológico
La gente se piensa que su postura política se puede representar en una sencilla línea con dos extremos, uno a la izquierda y otro a la derecha. Decir que eres de izquierdas puede interpretarse de tantas formas distintas, que no significa nada al final, y lo mismo si dices que eres de derechas. Pero es que pocos izquierdistas saben que puedes ser moderadamente liberal y estar en contra de las posturas conservadoras, ni los de derechas que puedes ser socialista en el panorama económico y no obstante ser alguien conservador en el plano de los derechos de cada individuo. Y esta visión, ya con dos ejes distintos, todavía sería simplista, y probablemente tengamos que irnos a una representación tridimensional para empezar a entender dónde está posicionada la idea de una persona.
Sucede que luego, la gente se toma la verdad por su mano, se fía sólo de aquellas noticias que validan sus sesgos cognitivos previos, y se comen las falacias como si fuera una tapa de patatas bravas tras una borrachera. Ni las saborean, poco más ni saben que están ahí. Se lanzan argumentaciones vacías que tratan de defender algo a capa y espada, que muchas veces ni terminan de entender, o que incluso dan datos totalmente falsos, o conexiones entre los mismos que son carentes de sentido. Pero "suenan bien" y por eso "son ciertas".
La paradoja de la libertad de expresión
El posmodernismo nos ha hecho mucho, mucho daño. Creerse que cada uno tiene su propia verdad es algo que se puede considerar válido para según qué cosas (subjetivas, claro), pero a día de hoy, la mentalidad de "es mi opinión y tienes que respetarla" está tan, tan metida en la mente de la sociedad, que el discurso riguroso, el debate sano, y la capacidad de argumentación, son totalmente inexistentes entre gran parte de la población. Y esto causa que las posturas, ya contrarias entre sí, se separen más y más, generando un problema social que, sinceramente, no sé dónde va a acabar.
Al final, los extremos ideológicos no sólo no se entienden, sino que no quieren escucharse. Deniegan todo contacto con la ideología contraria por considerarla "ofensiva" o "dañina", y al final esto nos lanza una clarísima paradoja: si todos podemos expresar nuestras opiniones, y tenemos derecho a tener nuestra propia concepción de las cosas, ¿por qué atacamos las opiniones ajenas sin tan siquiera llegar a escucharlas, y tratar de entenderlas?
Lo lógico en un debate es llegar a una postura en común. Se puede aprender de muchas formas en un debate: puedes aprender algo interesante de la postura contraria, podéis acercar opiniones, o podéis cada uno reforzar vuestras propias opiniones a través de los datos expuestos. Pero el acercamiento de opiniones y conciliación de ambas, va a ser una constante si se está haciendo bien el debate, ya que si somos personas adultas, sabremos respetar esa opinión ajena. Un debate adulto, en el cual cada parte sabe aceptar los hechos objetivos y constatables, sólo se quedará "atrancada" en puntos cuya premisa principal es subjetiva, y por tanto, dependiente de una opinión que no tiene por qué estar fundamentada en un hecho objetivo, no al menos medible ni explicable en ese momento determinado.
¿Y qué nos toca hacer en ese momento? Entender las condiciones que llevan a esa persona a escoger esa opción, y respetarlas. Quizá la solución en esos casos sea separarse por la imposibilidad de conciliación de ambas ideas, ¿pero para qué intentar colocar una de estas por encima de la otra? ¿No es eso, precisamente, acabar con la libertad de expresión? No me malentendáis: si alguien dice una soberana gilipollez, una mentira, o un argumento falaz, es lógico corregir a esa persona y hacerle ver su error. Pero no se puede hacer lo mismo con aspectos subjetivos.
Lo que pasa es que el grueso de la sociedad, y por ese grueso nos estoy incluyendo a prácticamente todos, NUNCA llega a ese punto. Nos atascamos ya en las partes objetivas de la conversación, en cosas que no deberían hacernos enfadar ni radicalizar nuestras posturas. Directamente, queremos llevar la razón incluso aunque no sepamos si la tenemos, y queremos creer que todo lo que nuestro "bando" dice que es cierto, lo es. Y así, el debate sano jamás llega a suceder.
¿Y qué está pasando ahora mismo? ¿Qué consecuencias tiene esto?
Creo que si habéis llegado a este punto, compartiréis (la mayoría al menos), que esta actitud está muy metida en la sociedad. Demasiado, y en todos lados. La polarización cada vez es más fuerte, las posturas, más irreconciliables. La posverdad de cada bando se vuelve más y más radical y alejada de la realidad, y la actitud de los distintos grupos, mucho más digna de un movimiento religioso y de pensamiento basado en axiomas, que basada en el uso de la razón.
Y sinceramente, no tengo ni idea de qué va a pasar, pero creo que estamos en un punto de la historia en el cual las posturas ideológicas están separándose tanto, que va a haber problemas. Y muy serios, en los próximos años. El tiempo me dirá si llevo la razón.
Saludos y espero que disfrutárais de la reflexión. Cualquier comentario es bienvenido.