La Casa Blanca ha condenado la ola de ataques que mataron a 40 personas en Nigeria, y ha denunciado "la violencia gratuita y las trágicas muertes en el día de Navidad". Esta condena se suma a la del Vaticano y otros países europeos.
"Estamos en contacto con las autoridades de Nigeria acerca de lo que parece una ola de terrorismo", comunicó la presidencia de Estados Unidos en un declaración, en la que se ofreció a las autoridades nigerianas para ayudarles en la investigación de los hechos y "llevar a los responsables ante la justicia".
Al menos 39 personas perdieron la vida en Nigeria a consecuencia de cinco atentados de la secta islamista Boko Haram contra templos cristianos, en los que se celebraban los servicios religiosos de Navidad. En Madalla, una ciudad del Estado de Níger cercana a la capital Abuya tras el ataque contra la iglesia católica de Santa Teresa. No obstante, algunos feligreses afirmaron que decenas de fieles se encuentran aún desaparecidos.
Horas después, un nuevo ataque se registró en las inmediaciones de una iglesia en Jos, capital del Estado de Platau (Centro del país), ciudad que ya había recibido amenazas. Otras tras tres bombas hicieron explosión en las ciudades de Damaturu y Gaidam, ambas en el Estado de Yobe, al Noreste del país, dejando al menos tres muertos.
El islam, esa religión pacifista, de amor y tolerancia.