La verdad es que no entiendo ese tipo de relaciones en las cuales la pareja se echa la bufa encima y que no sin más, aún lo cuentan como si fuesen héroes, cuando para mí, es algo que da por finalizado un vínculo emocional que ha sido fallido.
No soy ningún machista ni nada parecido a lo que puedo causar en una primera impresión. Simplemente, las ventosidades de pareja son algo que no comparto ya que para mí, un pedo es una cosa demasiado íntima como para vivirlo en pareja.
Es algo que sale por el ano y que normalmente (si no es que llevas una dieta totalmente saludable) suele oler mal.
¿A quién le gustaría imaginarse a la mujer de su vida haciendo aires anales con olores diversos? Por no hablar de las parejas que comparten baño mientras uno se cepilla los dientes y la otra deposita lo más íntimo de su vientre.
No sé, amigos... Es algo que no casa conmigo. Un pedo estropea la magia de la relación.
Recuerdo que, cuando en mi adolescencia lo pasaba mal porque alguna chica me había dejado, lo que hacía era imaginármela cagando, y vaya si surgía efecto dicho pensamiento.
Os deseo mucha suerte a todos los romances que se tiran pedos conjuntos bajo las sábanas y aún conservan el amor. Yo no quiero eso para mí, y tampoco lo quiero para mi futuro. No quiero una mujer que se tire pedos delante de mí y no quiero siquiera compartir el mismo baño con ella por no querer ni imaginármela haciendo caca.
Es algo que no quiero que compartáis, pero sí que entendáis. Una mujer ha de ser una princesa y los pedos son lo último que espera un hombre de alguien a quien ama.