Fuente: Desde el exilio
Quienes rechazan la existencia de la economía niegan que hay escasez de medios materiales que perturben la satisfacción de las necesidades humanas.
Ludwig Von Mises
Jacque Fresco es un erudito estadounidense de 96 años, destacado principalmente por sus geniales diseños industriales, que van desde máquinas a ciudades completas, pasando por los edificios. Últimamente, está siendo más conocido por sus conferencias que imparte por todo el globo, defendiendo un nuevo sistema que supere al socialismo, al capitalismo, al fascismo y a todos los imaginados hasta el momento. Él vivió la Gran Depresión estadounidense en 1929 y su experiencia le inspiró en el desarrollo de estas ideas.
Jacque Fresco ha promovido enormemente movimientos como los Zeitgeist que luchan contra la economía de mercado, para lograr un mundo de abundancia, basándose en la Economía Basada en los Recursos que pretende, entre otras cosas: declarar todos los recursos del planeta patrimonio de la humanidad; eliminar el dinero y gestionar los recursos mediante sistemas tecnológicos eficientes, que permitan la abundancia.
En este artículo pretendemos demostrar el enorme error de tales creencias y teorías, y los graves perjuicios que se causarían a la humanidad si se intentasen llevar a cabo.
I El futurismo
Jaque Fresco también ha sido destacado por sus recurrentes valoraciones sobre el futuro, enunciando multitud de predicciones sobre cómo será el futuro de la humanidad, por ello también es conocido como futurista.
Sin embargo, si ya es complejo predecir el futuro en las ciencias naturales, de donde ha sido formado Jacque Fresco, aún lo es más predecir que ocurrirá en el mundo social. En el mundo físico o natural, se perciben ciertas relaciones constantes: si tiro una moneda al aire, caerá al suelo; si junto dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno; si una persona toma cianuro, morirá; etc. Pero, la sociedad no presenta relaciones constantes, porque la misma depende de las decisiones tomadas por los individuos, que dependen de las características y circunstancias personales de cada uno, imposibles de asimilar por una mente humana. Por lo tanto, el devenir de la sociedad es físicamente imposible de hallar. Podríamos decir que mientras que en la física el futuro puede ser un por venir o un por volver en la relatividad de Einstein (si asumimos que el futuro en las ciencias físicas está dado), en la economía es un por hacer, pues el futuro dependerá de las acciones individuales de cada individuo.
He aquí el primer error de Jacque Fresco: creer que tiene la capacidad mental suficiente como para abarcar toda la constelación de circunstancias que comporta una sociedad, formada por millones de individuos diversos, con capacidad creativa cada uno, obviando que no existe la constancia en el mundo social. Este es un error típico de personas que provienen del mundo ingenieril y abordan el mundo social: intentan trasladar los conocimientos que son válidos en un mundo estático (el de las ciencias naturales) a un mundo dinámico (el de la acción humana).
II El tecnicismo
Ludwig Von Mises ya dejó muy claro en la Acción Humana que la técnica puede hacer referencia al valor de uso objetivo de los objetos. Por ejemplo, la potencia calorífica de un radiador, o la potencia lumínica de una bombilla, o la autonomía de una automóvil. Sin embargo, la técnica no puede abordar el valor de uso subjetivo, que es el valor que otorgan las personas a los bienes y servicios para satisfacer sus necesidades. Ya puede una bombilla ser muy duradera, que si tiene un diseño que no gusta al consumidor o un precio muy alto, ésta no puede satisfacer al consumidor.
La acción del hombre, por su propia naturaleza, se apoya en la subjetividad de los individuos y en el valor que los mismos dan a los bienes y servicios. Y este es precisamente el campo de la economía: asignar a cada individuo, de los recursos escasos que hay, los que el propio individuo demande y quiera. Por ello, la técnica –como plantea Jacque Fresco y todos sus acólitos que haga–, no puede decidir en qué cometidos conviene emplear los medios existentes para que no quede insatisfecha ninguna necesidad más urgentemente necesitada.
Los tratados de ingeniería pueden decir cómo construir un puente, pero jamás puede resolver es si la construcción del puente no aportará mano de obra y factores materiales de producción que serían más urgentemente necesitados en otras líneas de producción, o en otros lugares del mercado. El dinero es lo que permite saber si la construcción del puente es un despilfarro o útil para la sociedad o no. El dinero es utilizado por todos los seres humanos que toman sus decisiones individuales de compra y venta, y, tras ello, tales acciones reflejan unos precios en el mercado, indicando las valoraciones de los individuos. La técnica, por sí sola, no puede satisfacer las necesidades humanas.
De abolir el dinero, como pretenden estos movimientos, sería imposible la coordinación entre individuos y conocer qué valoran los mismos, y por tanto sería imposible satisfacerlos. La abolición del dinero nos llevaría a las épocas paleolíticas, donde se practicaba el trueque, y a que cada uno se produjese lo que necesitase.
III La abundancia
Uno de los objetivos de los movimientos protagonizados por Jacque Fresco es la eliminación de la escasez. Sin embargo, no puede eliminarse un concepto que está inscrito en la naturaleza humana. La escasez no es más que la manifestación de los infinitos deseos de los seres humanos.
Cuando un individuo no tiene comida, se plantea la búsqueda de la misma, sin plantearse ninguna otra cosa. Cuando tiene el estómago lleno, puede que busque compañía o seguridad. Cuando obtenga eso, seguramente busque aumentar su prestigio. Y así ad infinitum. La acción humana no tiene límite. Cuando se suprime un malestar, aparece otro malestar. De hecho, si existiera una persona con todas las necesidades satisfechas, ésta no tendría que actuar, porque no necesitaría nada más. Por tanto, eliminar la escasez es tanto como eliminar el amor, o eliminar el odio, o eliminar el lenguaje. Es una característica del ser humano, es la negación de la acción humana: donde no hay escasez, no hay acción humana, y donde no hay acción humana, no hay ser humano. Por tanto, las ideas propuestas por Jaque Fresco son distópicas porque, de poder llevarse a cabo (que no es posible), ocasionarían la destrucción de la humanidad.
Marx plateaba lo mismo en otros términos: en sus teorías que el socialismo eliminaría la escasez, que sería un estadio primigenio de la civilización, dotando a todos los seres un mundo de total abundancia, tras la supresión de la propiedad privada de los medios de producción.
Por otra parte, la escasez no es objetiva ni depende del volumen físico: depende de la oferta y la demanda, es decir, de las valoraciones de los individuos. ¿Es escasa la arena de playa de Japón? En términos físicos podríamos llegar a decir que sí, porque hay muy poca comparada con la que hay en otros países. Pero en términos económicos es muy abundante, porque nadie la demanda, y nadie daría un céntimo por un tarro de ella.
La historia de la humanidad se ha caracterizado por la progresiva “escasización” (si se me permite la expresión) de los bienes. Anteriormente, muchos de los bienes que antes eran libres, se compran y venden ahora en el mercado, y se han convertido en bienes escasos, en bienes económicos. Y ello es lo que permite la racionalización de los mismos. Cuántos más bienes sean escasos en el mundo, más rico será el mismo.
IV Ingeniería social
Podemos afirmar que es imposible diseñar una sociedad, pues el diseñador es un ser humano corriente como otro cualquiera, y su capacidad mental carece de la capacidad suficiente como para conocer todas las circunstancias de todos los individuos y las que se darán en el futuro. No es posible hacerse con la información necesaria para diseñar una sociedad de forma eficiente por una mente humana, porque ésta se genera y cambia de manera espontánea en la mente de cada ser humano, y no puede ser transferida, y si lo fuera posible, no podría ser procesada por ningún ser humano particular. Sólo es posible que millones de seres humanos se coordinen entre sí a través de los precios, referencia de las valoraciones de los individuos.
Sirva este artículo como crítica a todos los ingenieros sociales que piensan que la sociedad puede diseñarse de forma deliberada por una mente humana, y a todos los que piensan que la técnica es aplicable a la humanidad, cuando es al contrario: la técnica es un subconjunto de la humanidad. Cuánto más deliberadamente se intenta diseñar la sociedad, más se la destruye, pues ésta sólo progresa de forma espontánea, mediante la cooperación y la tradición de la experiencia de millones de individuos.
Cualquier sistema económico que obvie la escasez de medios, la naturaleza del ser humano (su acción y decisiones), la cooperación voluntaria entre los actores y el dinero, estará abocado a su propia destrucción por mas que intenten pintar la imposición y la coacción como algo bueno, necesario, justo y social.