Además de señalar cuáles son los países más felices —los nueve primeros son europeos, mientras que la décima posición es para Australia, y hay que esperar al puesto 32 para ver a España—, el informe también profundiza en otras tendencias importantes de los datos, como una creciente disparidad en la felicidad entre grupos de edad dentro de los propios países.
En muchos lugares, el análisis detecta una brecha de felicidad entre jóvenes y mayores. O dicho de otro modo, que los primeros son bastante menos felices que los segundos.