EN LA REPÚBLICA DE NAIRÚ SE VIENE FABRICANDO DESDE TIEMPOS INMEMORIALES UNA SUSTANCIA ALTAMENTE TÓXICA Y CON PROPIEDADES PSICOACTIVAS QUE SE TEME PUEDA LLEGAR A SER LA NUEVA PESTE DEL SIGLO XX1. POR SUERTE, ESTADOS UNIDOS HA TOMADO CARTAS EN EL ASUNTO.
Estados Unidos va a retirar las ayudas que concede a la República de Nairú, pequeño país de Oceanía que agrupa a un archipiélago de islas al este de Australia. Se plantea además forzar su expulsión de la ONU. El motivo es la falta de obediencia a los dictados del centinela de Occidente en el tema drogas. Concretamente, la tolerancia hacia el consumo generalizado de una sustancia con propiedades psicoactivas que se viene fabricando artesanalmente desde tiempos inmemoriales. Los Institutos de la Salud de los EEUU dedicaron una partida de su presupuesto a la investigación de los efectos nocivos del ETL, nombre con la que ha sido bautizada en Occidente. Algunos turistas americanos han importado el procedimiento de producción, y se teme que pueda llegar a ser la nueva peste del siglo XXI.
Se obtiene como el kéfir, como subproducto metabólico de un bichito al que se alimenta con jugos de ciertas plantas autóctonas. El microorganismo genera el ETL como toxina para proteger su medio nutritivo, su territorio, contra la invasión de otros microbios golosos. Su toxicidad es tal que los nativos lo consumen disuelto en agua para no sufrir úlceras de estómago. Aunque no hay unanimidad al respecto, las propiedades psicoactivas del ETL se derivarían de su acción en los receptores del glutamato, uno de los más de veinte neurotransmisores conocidos. Según otros estudios, serían consecuencia de la perturbación de la transmisión de la señal dentro la neurona, concretamente en los canales iónicos. Pero otras investigaciones ponen el punto de mira en su capacidad para interferir el correcto funcionamiento de otros circuitos neurales, los que se conectan a través del neurotransmisor ácido gamma-aminobutírico (AGA. Aclaración: los neurotransmisores son moléculas que comunican una neurona con otra. Los canales iónicos son pequeños poros de la superficie de la neurona que dejan pasar selectivamente iones (átomos con carga eléctrica + o ), creando una onda de carga que se transmite sobre la membrana, como lo harían las ondas en la superficie de un estanque. Por alguno de estos mecanismos el ETL es capaz de inhibir los circuitos relacionados con la razón y la discreción, resultando una conducta imprudente y locuaz que puede degenerar en agresividad. Dependiendo de la dosis, puede afectar a las neuronas relacionadas con el habla y el equilibrio e incluso con el control autónomo del sistema respiratorio y cardíaco, pudiendo provocar coma y muerte.
Cada fin de semana, jóvenes nairuneses consumidores imprudentes de la droga, provocan peleas y altercados. Una buena parte de las muertes que se producen en las carreteras de Nairú se debe al consumo, incluso de dosis moderadas, de ETL. Según el Instituto de Salud de los EEUU, la alarma viene, no solo de las muertes producidas por sobredosis, sino de los efectos tóxicos acumulados a largo plazo.
Daños crónicos
El ETL puede provocar adicción psíquica y física. Como consecuencia un número significativo de nairuneses muere cada año antes de tiempo por el consumo de la sustancia. Cuando una persona habituada deja de recibir su dosis experimenta un síndrome de abstinencia de mayor gravedad que el provocado por la heroína. El ETL es poco selectivo en su acción, siendo su dosis psicoactiva muy elevada, de alrededor de diez gramos. Esta cantidad es doscientas veces mayor que la correspondiente a la heroína, cocaína o éxtasis, miles de veces mayor que la de los cannabinoides y cientos de miles de veces mayor que la de la LSD. El ETL también es poco selectivo en su farmacocinética. Es muy hidrosoluble y bastante liposoluble, difundiéndose rápidamente por todos los tejidos del organismo. Esta tosca farmacología es responsable de una toxicidad que no se limita al sistema nervioso sino que se extiende a otros órganos del cuerpo. Dadas las altas dosis requeridas para experimentar sus efectos, es especialmente vulnerable el órgano que se encarga de depurarlas; el hígado. También sufren daños el páncreas, sistema digestivo, corazón y sistema circulatorio en general. Por si todo esto fuera poco, más preocupantes resultan los hallazgos de una comisión de toxicólogos enviada a Nairú por la Oficina para el Control de las Drogas y la Prevención del Crimen de la ONU.
Entre la población adicta al ETL se detecta un síndrome muy poco frecuente entre el resto de la población: la demencia de Korsakoff. La destrucción selectiva de las neuronas encargadas de guardar los recuerdos, convierte a estos enfermos en desmemoriados que han perdido su historia y en consecuencia su identidad, verdaderos náufragos de la existencia. A requerimiento del Instituto Nacional para el Abuso de Drogas de los EEUU, estos expertos han redactado un informe en el que se advierte del peligro que este nuevo narcótico significa para Occidente. Nos recuerdan que más de un 30% de la población psiquiátrica de Nairú deriva sus problemas mentales de la adicción al ETL. Y es que tanto in vivo como in vitro se ha comprobado su capacidad destructiva a nivel neuronal.
La droga de occidente
Pues bien, parte de lo dicho anteriormente no es cierto. En realidad la república de Nairú no existe, ni su conflicto con los EEUU. Lo que sí existe es la peligrosa sustancia y sus efectos, consumida abundantemente por más de medio mundo. El ETL es el etanol, principio activo de todas las bebidas alcohólicas. Es la droga de Occidente, considerada la más tóxica de las conocidas, y responsable de más enfermedad y muertes que todas las ilegales juntas. La fábula tiene su moraleja. Las drogas, alcohol incluido, son percibidas con mayor o menor alarma social, no tanto por el daño potencial para la salud que se deriva de su uso, sino por que son marcadores de la anormalidad de quienes las consumen.
Y la anormalidad se castiga con el destierro sanitario, con multas e incluso con la cárcel. Y es que el problema de las drogas no es tanto una cuestión de perjuicio como de prejuicio. Prejuicio contra minorías consideradas anómalas, disfrazado de perjuicio para la salud de la mayoría.
Escrito por Santiago Tena. Revista Trax #03.