#1795 Eso se conoce como el síndrome del juerguista arrepentido.
Yo lo tengo a menudo, cuando después de un fin de semana brutal, en el que me he emborrachado hasta el punto de acabar discutiendo con una máquina tragaperras sobre la vida de Lenin (verídico), gastando decenas de euros y malgastando mi saliva/esperma con mujeres que no valen un duro, te despiertas al día siguiente con una inestabilidad estomacal de cojones y una sensación de congoja y remordimiento de conciencia solo equiparable al tamaño de las lagunas que tienes.
Tranquilo, para tu información te diré que con realizar alguna serie de actos constructivos ese día de malestar, y acostarse tempranito, al día siguiente las promesas de abstinencia y reintegración social del día anterior suelen desvanecerse como la primera meada del día en el WC.
Lo sé por experiencia, me lleva pasando desde el último fin de semana de junio.