Hace unos años estaba con unos amigos de excursión por un bosque del norte de España.
Montamos las tiendas de campaña y nos fuimos a dormir. A mitad de noche un ruido de ramas al partir me despertó y me quedé atento para ver si volvía a escuchar algo.
Volví a escuchar ruidos de pasos y algún murmullo de personas hablando muy bajo, cogí la navaja que llevaba en la mochila y desperté al compañero que dormía en la misma tienda.
Nos asomamos y una puta flecha de ballesta fue directa a mi compañero, tiré los dados por reflejos y me salió crítico. Así que dando un triple salto mortal hacia atrás, desvíe la flecha de una patada y la devolví directamente hacía la cabeza del asesino a sueldo, su compañero huyó.
Tiré por percepción y descubrí una carta escondida en la bota del asesino, firmada por el líder del círculo de hechiceros y en la que pedía la cabeza de mi amigo por haberle quitado la virtud a su hija.