Me gustaría lanzar una pregunta sobre una actitud en la que cada vez me fijo más y que según de quien venga, ya no tanto en que situaciones (pues según en que situación es más sencillo ver si algo es apropiado o no), son vistas de una u otra manera. No quiero hablar del lenguaje paternalista en cuanto a las personas mayores y como se les trata, ese sería otro tema a debatir. Esto es una simple, o no tan simple, pregunta sobre si esto que voy a presentar lo considerais machista o en algún caso lo parece o lo es y en que situaciones os habeis encontrado algo así que os pareciese, o no, incómodo.
Para saber dónde nos movemos pongo el enlace a la wikipedia.
https://es.wikipedia.org/wiki/Micromachismo
Lanzo la pregunta a través de este artículo de opinión y donde además está vertida, siendo redundante, mi opinión:
¿Está ese "paternalismo machista", sesgado?
Atendemos a la visión sesgada de algunos medios de comunicación en los que utilizan los llamados estereotipos de comunicación para hacer pensar a una parte de la población susceptible de atender a su mensaje y para hacer cambiar de parecer a otros tantos, de que el machismo es intrínseco al hombre, al ciudadano blanco heterosexual europeo, entre otros, pero sobre todo al hombre en general. Donde en algunos de estos llamados micromachismos o lenguaje paternalista negativo, conceptos utilizados con amplitud por una serie de colectivos, están presentes en nuestra sociedad día a día y en cada momento del mismo.
Los micromachismos, según Wikipedia, serían “un amplio abanico de maniobras interpersonales y se señalaría como la base y caldo de cultivo de las demás formas de la violencia de género o violencia machista: maltrato psicológico, emocional, físico, sexual y económico, que serían normalizados.1 Se trataría además de prácticas legitimadas por el entorno social, en contraste con otras formas de violencia machista denunciadas y condenadas habitualmente” .
De manera determinada querría centrarme en uno, uno del que usted puede encontrar y diversas columnas de opinión en medios muy dispares adscritos, como no, a la economía del ofendido, que tanto dinero, tanta publicidad y tantos votos mueve hoy día. Este micromachismo paternalista determinado es esa expresión de algunas personas a llamar cariño, guapa, cielo, maja o alguno de estos casposos adjetivos de uso habitual en las conversaciones de tienda. Y digo de uso habitual en conversaciones de tienda porque es donde más los he escuchado. Quién no ha ido a una carnicería y a escuchado al clásico charcutero hablando desta manera a sus clientas, por supuesto hablando de tópicos serán señoras mayores, y tratándolas como si de sus muñequitas manipulables se tratase (esto es lo que debe pensar más de un histérico/a) Sin embargo la cara y la comodidad les cambia a la “victima” de ser una chica más joven, más versada e implicada en los movimientos actuales por la “igualdad”.
Y no me malinterpreten, yo no vengo a hablar de que está bien hablar así, por algo lo tildo de casposo pues me parece ridículo y anticuado, sino de la facilidad con que la manipulación mediática nos hace ver de tal o de cual forma ciertas cosas que son aceptadas porque son ridículas y nimias que no aportan nada más que un aire arcaico a la conversación de ascensor, de tienda o de pasillo, son más bien aceptadas por ser actos machirulamente opresores que relegan a la mujer a una posición de tiempos pasados para perpetuar todo acto en un paternalismo abusivo (esto último según la mass media, no según yo).
Sin embargo uno se para a escuchar el murmullo de su alrededor cuando sale a la calle y ve como la majísima señora encargada del mantenimiento del edificio donde uno vive, y que además tiene una perpetua sonrisa en los labios, les llama a unos y a otros, niños y adultos, chicos y chicas, hombres y mujeres: cariño, guapo, guapa, cielo, majo, maja, corazón, vida, precioso etc… Y no es que esta señora sea fruto de un mundo pasado, que también puede ser, sino que quizá está libre de juicios abusivos a cosas del simple socializar. Curioso que no sea una persona a la que debamos tildar de absolutamente nada más que de ser absolutamente agradable, pues así es (juro que sin esta persona el salir de casa parte de la semana no sería igual, pues dota el ambiente de un buen rollo impresionante a pesar de la incompetencia de algunos vecinos), pero si cambiamos la visión estaremos inclinados a ver ese micromachismo, ese cáncer del que tanto hablan, en este supuesto determinado.
Para finalizar, sabemos que ciertamente en el caso de ser este el individual y único de esta mujer, pues no sé si mi experiencia se puede alargar a muchas más personas (aunque les prometo que yo esto lo he escuchado en muchas más mujeres sin que despierte en mí la más mínima alerta de absolutamente nada), podría ser usado para sesgar de una manera cruel su forma de hablar y entonces dirán que su simpatía es producto de la sociedad patriarcal y por ende ella está alienada y corrupta por nosotros, los hombres.