Le obligó a practicarle felaciones hasta en 20 ocasiones.
Cuando el fiscal le preguntó si era cierto que cuando la niña ofrecía resistencia se colocaba sobre ella, la agarraba con fuerza y le abría las piernas para penetrarla, el exsacerdote respondió con un "sí" y reconoció que eso había sucedido en varias ocasiones.
El exparroco dijo estar totalmente arrepentido. "Le deseo lo mejor a esa señora y su familia, nunca he tenido rabia de ningún tipo, les deseo ahora y para siempre lo mejor", afirmó el sacerdote.
Poco comentario hay que añadir a la noticia.