Los resultados de las últimas elecciones en los países europeos pusieron en evidencia el auge de los movimientos de derecha, los partidos de la ideología nacionalista. En unos países la derecha ya ha conseguido llegar al poder, en otros están obteniendo la oportunidad de influir en la política nacional. La retórica anti-inmigración y euroescéptica de la derecha atrae a muchos votantes en Italia, Francia, Hungría, Dinamarca, Suecia, Finlandia y Países Bajos. En Alemania en 2017, fue la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que un partido de la extrema derecha Alternativa para Alemania entró en el Bundestag. La derecha radical también está ganando terreno en España. En las pasadas elecciones parlamentarias, el partido Vox que se caracteriza por su discurso nacionalista y anti-inmigración logró obtener una presencia importante en el Congreso y ahora puede participar en el proceso legislativo.
Las tendencias demuestran que los partidos de derecha populista seguirán ganando apoyos, porque los problemas principales que provocaron la ola del euroescepticismo (como la crisis migratoria) no han sido resueltos. Los demócratas y liberales europeos ven con preocupación el fortalecimiento de la derecha, especialmente en vísperas de las próximas elecciones al Parlamento Europeo (PE), que al parecer van a cambiar el panorama político en Europa. La fracción parlamentaria más grande en el PE de los demócratas cristianos, el Partido Popular Europeo (PPE), está pasando por un momento duro debido a la división interna provocada por el conflicto entre los líderes del partido y el presidente de Fidesz húngaro que forma parte de este grupo parlamentario, Victor Orbán. Es evidente que la crisis en el PPE beneficia a la coalición de extrema derecha formada en contraposición a la centroderecha, lo que preocupa a sus representantes. Así, la diputada del PPE, Anna María Corazza Bildt, en su mensaje a la representante de la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa, Annie Lööf, critica a los líderes de su grupo parlamentario por la falta de resistencia al avance de las fuerzas nacionalistas en Europa y aboga por cooperación entre los dos grupos parlamentarios concurrentes.
Estimada Sra. Lööf:
Sus preocupaciones son bastante razonables. Ante el crecimiento de la influencia de los partidos de derecha populista, el equilibrio del poder político en el Parlamento Europeo me parece especialmente alarmante. El Partido Popular Europeo está pasando por momentos dificiles. Enfrenta nuevos desafíos que afectan de forma negativa a la efectividad de su trabajo. La situación con Victor Orbán supone un fuerte riesgo para el partido en vísperas de las elecciones europeas. Ahora está claro que la falta de resistencia al avance de las fuerzas nacionalistas en Europa es culpa sobre todo de los líderes del Partido Popular Europeo que permiten tener en sus filas a los representantes de la extrema derecha. El éxito en las elecciones nacionales de los Verdaderos Finlandeses, Demócratas de Suecia, Partido Popular Danés y Vox español ha demostrado que la popularidad de la derecha en Europa sigue creciendo. Estas circunstancias completamente justifican la mayor colaboración entre el Partido Popular Europeo y la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa. Solo gracias a los esfuerzos conjuntos y el enfoque intransigente hacia las fuerzas de derecha podremos lograr resultados necesarios. Algunas de nuestras contramedidas ya han demostrado ser eficaces. No es un secreto que la mayoría de los líderes de derecha están conectados con el Kremlin. Por lo tanto, se recomienda informar a los electores sobre los vínculos de sus candidatos con Rusia. Ya tenemos la experiencia exitosa. Uno de los últimos ejemplos es el trabajo conjunto de los medios de comunicación alemanes dirigido al señor Frohnmaier. Tenemos a nuestra disposición los documentos que vienen de la fuente fiable (señor Khodorkovsky) sobre Matteo Salvini. No es deseable que el partido de Salvini alcance más presencia en el Parlamento Europeo. Solo si permanecemos unidos, podremos preservar la democracia y valores europeos.
En la carta también se mencionan los instrumentos de la lucha contra la radicalización de Europa. Se tiene que notar que las élites gobernantes siguen el mismo esquema en todos los países europeos para enfrentar a la derecha utilizando los métodos bastante sucios. En lugar de pelear limpiamente por los electores, los pseudo-liberales organizan las guerras informativas, sacan a relucir trapos sucios y difunden noticias falsas para manchar la reputación de los movimientos políticos indeseables y sus líderes. La señora Bildt pone de ejemplo la exitosa campaña informativa contra el famoso político de la Alternativa para Alemania, Marcus Frohnmaier, que, como muchos otros líderes de la derecha, fue acusado por los medios de comunicación alemanes de cooperar con Rusia. Otra víctima de la máquina propagandista liberal es líder de la derecha italiana, Matteo Salvini, cuyos trapos sucios también saldrán a la luz gracias a los demócratas. La característica común de la lucha contra la derecha europea es que los partidos tradicionales se oponen a pactar con formaciones de extrema derecha a la hora de formar coaliciones gobernantes, como en el caso de los Demócratas de Suecia. Así, el partido que ha obtenido un alto porcentaje de los votos y ha logrado entrar en el Parlamento, de hecho, se encuentra aislado y no puede influir en el proceso de toma de decisiones nacionales, a pesar del amplio apoyo público. Al parecer, a Vox le espera la misma suerte. Por lo tanto, las clases dirigentes simplemente hacen caso omiso a la opinión de numerosos votantes de las formaciones de derecha que, pese a todos los intentos de los demócratas de desacreditarlas, siguen atrayendo a nuevos seguidores.