Lejos de lo que yo estudie o deje de estudiar, como universitario me siento capacitado para decir que el grado de magisterio tal como está planteado, debería de desaparecer y ser reconstruido completamente de nuevo.
No solamente es el plan de estudio, que es de autentica vergüenza en materia que aporte competencias al alumno -salvo excepciones muy puntuales- a la hora de educar a nuestros hijos, si no de la dinámica que se ha instaurado en estos estudios de permisividad y pasotismo por parte de las instituciones y los propios profesores.
En una universidad no se pueden dar ejemplos de proyectos de asignaturas que sean aprenderse un baile, confeccionar un disfraz, tocar tres canciones con la flauta dulce o una diapositiva con fotos de una excursión al campo. Estas cosas no aportan al estudiante capacidad alguna para enfrentarse el día de mañana a un futuro laboral muy exigente como debiera ser nuestra educación primaria.
Basta con echar un ojo al plan de estudio de los países del norte de Europa y compararlos con los de aquí; a uno se le cae el alma al suelo pensando que el día de mañana van a ser auténticos ceporros mal formados en ámbito educacional los que enseñen a mis hijos sus primeras bases para el estudio.
Disculpad si os ofende esta ultima opinión, pero conozco personalmente a una gran muestra de estudiantes/graduados en magisterio y hasta ellos mismos reconocen graves carencias en su formación.
Porque esa es otra, no todo estudiante de magisterio es un fuma porros o niña tonta. Los hay que tienen vocación, que buscan ser formados adecuadamente y que quieren desarrollarse como profesionales de la materia y es una pena que se vean completamente limitados debido al sistema bochornoso que existe en este país en cuanto a materia educativa.