Manifiesto en contra del desarrollo sostenible.
De: Eisenfaust, en nombre del ciudadano de a pie, el hombre que está demasiado ocupado sacándose mocos y bebiendo sus propios fluidos intestinales como para preocuparse por el puto medio ambiente.
A: Las generaciones futuras, aquellas generaciones que nos tildarán de salvajes por permitir ciertas guerras, aquellas generaciones que se reirán de nosotros y de nuestra forma de vestir, aquellas generaciones que pensarán que los efectos especiales de Matrix son del paleolítico, aquellas generaciones que se acuchillarán ante un notario para poseer las pertenencias de sus progenitores, aquellas generaciones que nos encerrarán en asilos para que nos pudramos, aquellas generaciones que nos bajarán las pensiones cuando seamos unos viejos despojos humanos, aquellas generaciones que contruirán vertederos encima de nuestras tumbas (que en el fondo es lo mismo), aquellas generaciones que nos empujarán cuesta abajo en silla de ruedas, aquellas generaciones que destruirán todo lo que hemos contruido con el sudor de los negritos, aquellas generaciones que se mofarán de nuestros gustos musicales, aquellas generaciones que...
Mensaje: Que os jodan, nuestra generación es la mejor, es la cumbre de la sociedad moderna y no hay nada que se superponga a ella. Nosotros ya caminamos, gesticulamos y encadenamos sonidos para formar palabras y armonías musicales mientras vosotros no sois ni siquiera un proyecto en la mente de vuestros padres. Me importáis una mierda, pienso contaminar todo lo que pueda y cagarme en el desarrollo sostenible para dejaros un regalito que nunca olvidaréis. ¿Protocolo de Kyoto? Con él me froto los huevos después de comer. Pensábais que íbais a poder con nosotros pero tenemos la facultad de adelantarnos a vuestros movimientos. "El planeta se está muriendo", rezan los tocapelotas de Greenpeace, ¡Brindo por ello y que os jodan! Sin más, me despido; que os den, niños del futuro.
¿Os ha gustado? Papá Oso recomienda que escuchen a Eisenfaust, y recordad; siempre que haya una papelera cerca, un centro de reciclaje, o un paisano con una camisa/bandera de color verde, quemadlo, todo. Donde haya un niño dispuesto a tirar a la papelera el envoltorio del chicle que tanto nos ha costado conseguir en la guerra de Irak, allí estaréis vosotros para corregirle. Recordad que sois la última esperanza de ésta, nuestra generación.
Afíliate en tu vertedero más cercano.