Bueno, hace unas semanas cuando leí al chico que abrió un tema aquí diciendo que le habían rechazado para un trabajo por llevar cresta punk ni me planteaba crearme una cuenta aquí ni mucho menos abrir un tema contando mi vida, pero hoy me ha pasado algo que está directamente relacionado con el otro tema y que me ha puesto de muy mala hostia, tanto que tengo la necesidad de contarlo.
He llegado sobre las 5 a mi pueblo, después de haber cogido el autobús de vuelta, para llegar a mi casa tengo que pasar por una calle central que es la zona más transitada y donde suelen estar varios policías siempre, controlando el tráfico o simplemente de postureo con las motos (sí, hay mucho por aquí..) el caso es que yo llevo rastas, no muy largas, hará un año que me las hice y me llegan sobre las orejas más o menos, quizás un poco más abajo de ellas. ( algo así http://mla-s1-p.mlstatic.com/peluca-reggae-con-rastas-cortas-importada-cosplay-426401-MLA20329645971_062015-F.jpg )
Resulta que voy andando, paso por delante de ellos y no me dicen nada, todo normal, como debería ser evidaentemente. Pero cuando me alejo un poco más oigo un "psché, chaval" varias veces, obviamente me he girado por que podría ser cualquier conocido o vete a saber.
Era uno de los policías, se acerca, se para delante mío y me empieza a decir: ¿Qué tal? ¿Qué llevas en esa mochila? A lo que le digo: Hola qué tal, libros de clase. Total, que se encora y me dice: ya, ¿puedes quitártela un momento para ver que llevas dentro?
Lo hago aunque no sé si esto era muy legal, pero total, no llevaba nada más que libros. Ve el interior, se rasca la nariz en plan pensando que la había cagado totalmente conmigo y me suelta un puedes irte. Yo siempre de buenas maneras, le digo buenas tardes y me marcho.
De verdad que me he quedado flipando, y no me creía la situación hasta que estaba casi en mi casa y había repasado la situación mentalmente, en ese momento me han dado ganas de volver, bajarme los pantalones y cagarme en su gorra. Me parece muy patético que siga pasando esto a estas alturas, y al menos esto ha quedado en una bonita anécdota que en un par de semanas olvidaré.