Me han intentado timar en VITALDENT

#121 Ostia pues es raro que sea un incisivo, si preguntas a gente con endodoncias, lo normal es que sean las muelas.

Ojala hubiese un dentista en MV.

A mi hace diez años tambien me intentaron timar.
De un codazo jugando en el equipo de futbol donde estaba me hundieron el paleto derecho como para no poder ni cerrar la boca y, acojonado y siguiendo un consejo un tanto burro, me lo volvi a colocar a lo bestia en caliente y se me quedo el paleto temblando pero en su sitio.

Me acojone y al dia siguiente fui al dentista y me dijeron que habia un punto en la radiografia extraño y me pasaron el algodon para ver si tenia sensibilidad (y dije que si notaba algo cuando realmente no note nada). Me quisieron matar del todo la raiz, quitar el paleto y que me fabricaran una funda u otras opciones que eran todas muy muy caras.

Conclusion... no volvi y aqui mantengo mi paleto vivo e intacto y ya no se mueve.
Desde entonces no me fio de los dentistas ni lo mas minimo, aunque sean profesionales y buenos dentistas, por culpa de gente que solo piensa en hacer caja de esta manera.

#123 Curetaje es limpieza interdental , no que te pasen el ultrasonido a parte me extrajeron 2 muelas del juicio , que también eran caras si encuentro el prespuesto lo paso.

Este es el escrito que estoy publicando en todas las partes que puedo después de mi (negra) historia con Viltaldent

Buenas tardes:

Os envío este email pues quiero denunciar el tratamiento y trato recibido en la clínica Vitaldent de Avenida de Bayona, 37, en Pamplona.

Voy a relataros todo el proceso:

El día 26 de diciembre de 2017, mientras estaba comiendo, me doy cuenta de que la pieza 12 del maxilar superior derecho se me ha caído y me la he tragado. Dado que era imposible de recuperar, decidí pedir presupuesto a una odontóloga cercana a mi domicilio dado que dejé a mi anterior odontóloga por varios problemas con ella: tuve que ir en 3 ocasiones para que me acabaran de extraer una sola pieza, en tres de los empastes que se me hicieron hube de ir en una segunda ocasión cada uno porque no estaban bien hechos y se cayeron al poco tiempo. Como comprenderán, mi relación con los dentistas es de todo menos buena.

Esta odontóloga a la que les comento que pedí presupuesto, me dijo que me iba a salir, en un principio, por 1.100 €, más otros 900 € por el implante y la corona, ambos al contado en menos de un mes. Dado el trato despectivo y seco que recibí y el montante total a pagar al contado en tan poco tiempo, decidí informarme en Vitaldent con la posibilidad de poder financiarlo. Busqué en Internet, ví que había varias quejas pero decidí seguir puesto que no veía que fuera difícil el tratamiento y había además otras dos piezas en el maxilar inferior que también quería arreglar.

Fui a la clínica Vitaldent que les he indicado, me hicieron la radiografía de la dentadura y después entré a hablar con la directora de la sucursal para ver la posibilidad de la financiación. Tuve que ir en otras dos ocasiones y me dijo que había posibilidad de financiación, pero que tenían que estudiarlo, (luego me he dado cuenta de que financian a casi todo el mundo). Al final, sí me lo financiaron, con un presupuesto de

Mientras tanto, tenía la pieza partida en la boca pero no me dijeron nada de extraerla hasta que no pregunté si podía hacerlo. Además de estar infectada, por lo que tuve que tomar antibióticos previamente, me dijeron que hasta el 11 de enero de 2018 no podrían hacerlo. Pregunté si no podría ser antes, dadas las fechas (finales de diciembre) y decidí que pagaría la extracción aparte de la financiación. Entonces, me dijeron que el día 8 o 10 (no lo recuerdo bien) de enero me la podrían extraer. Y ahí empezó el calvario.

El día 8 o 10 de enero fui a hacerme la extracción; el odontólogo venía de Madrid (no sé la experiencia que tendría), me colocó en el sillón, me aplicó la anestesia (en cantidad) y me di cuenta de que tardaba demasiado en sacar la pieza. Fue entonces cuando empezó a decirme: “Tire usted, tire usted…”, cosa que me extrañó muchísimo puesto que creo que no soy yo el que tiene que tirar para sacar una pieza… Ahí me di cuenta de que nos tratan como a borregos. Al final, después de bastante tiempo, logró sacarme el resto de la pieza, con el babero que ponen mal puesto, me dio UNA gasa doblada y me dijo que la dejara en la encía hasta que dejara de sangrar, casi ni me da agua para enjuagarme.

Después, gracias a que había hablado anteriormente la directora con él, me dio antibióticos para la infección y me recomendó no fumar, dieta blanda… Todo esto el 8 o 10 de enero, casi 15 días después de que se me cayera la pieza. La excusa fue que eran Navidades y no tenían huecos.

Como pude, pregunté cuándo podían volver a darme cita para seguir el tratamiento; me contestaron que había que esperar a que cicatrizara la encía. Me hicieron un diente de quita y pon mientras tanto y me dijeron que llamarían para darme la prótesis que iba a llevar mientras podían hacerme el implante, (esta prótesis tenía un coste de casi 250 €).

Cuando llegué a casa, me di cuenta de que, con los tirones de la extracción, los dientes inmediatamente situados a los lados de la pieza extraída los notaba flojos. También que la encía de la pieza extraída había quedado subida (como verán en las fotos) y que en ella había dejado un hueco de forma triangular.

A los casi 20 días, cuando me dieron la prótesis, comenté el hueco que había quedado y que notaba flojos los dientes. Tampoco le di mayor importancia en ese momento. Eso sí, esa prótesis a los 10 días me era imposible ponérmela, puesto que no entraba en el hueco que habían dejado y me hacía daño. (Me he dado cuenta después de que, si pueden venderte dos piezas en vez de una, no les importa lo más mínimo).

Me quejé del dolor y de que no entraba (hablamos ya del mes de marzo) y se la llevé en una caja. No hicieron demasiado caso pero la prótesis seguía doliendo y sin entrar. Finalmente, en el mes de abril, conseguí que la arreglaran (reconocieron que la prótesis no estaba bien hecha), y después de manipularla y adaptarla, conseguí ponérmela, aunque nunca se adaptó bien y siempre tuve dificultades para ponerla y usarla, hasta se notaba a la hora de hablar.

El tiempo seguía pasando, días y semanas. Me dieron cita después de Semana Santa para empezar el tratamiento de implante y, en esa cita, me dijeron que no había cicatrizado bien y que había que seguir esperando, cuando yo no había tenido nunca problemas de cicatrización y dado el tiempo que había pasado desde la extracción (principios de enero). Total, entre esperas y citas para revisar (nunca estaba bien cicatrizado), nos pusimos en el mes de julio (pedí cita para antes de San Fermín, pero me la dieron para el 26 de julio).

Fui en esta fecha y entré en la consulta, con el mismo odontólogo de la extracción. Me pusieron anestesia en cantidad (cuando ya había advertido que no me pusieran demasiada, puesto que me afecta al corazón) y empezaron a intervenir. Después de bastante tiempo, oigo a la auxiliar: “¡Cuánta sangre sale! Esto está muy duro, habrá que hacerlo de arriba a abajo”. Noté, aunque no dolía pero sí que era muy molesto, que empezaban a dar puntos y seguía sangrando, además de la gran molestia. Aún no sé si me pusieron hueso para reafirmar la encía y las paletas, pero me dieron entre 4 a 6 puntos en la encía superior. Me dijeron que habría que esperar otro mes más para que cicatrizara.

A todo esto, comentar que siempre he seguido las instrucciones que me han dado en la consulta y que no soy persona de quejarme por las molestias que pueda ocasionar el tratamiento que estén haciéndome.

Según iba en el taxi a mi casa, empecé a notar que se me hinchaba la cara. A las pocas horas, como podrán ver en las fotografías, estaba con la cara totalmente hinchada. Llamé para decírselo y me comentaron que, en ocasiones ocurría, pero que era “normal”. Hasta pareció que a la directora le molestó que llamara para quejarme. Les envié las mismas fotografías que a vosotros y solamente me llamaron en una ocasión para ver cómo seguía.

Al final, a los dos días, tuve que ir a Urgencias para que me dieran algo para bajar la inflamación, puesto que no lo hacía. En Urgencias me dijeron que me quejara a la clínica, me pusieron una inyección antiinflamatoria y con eso conseguí que bajara la inflamación, aunque le costó aún y costó casi una semana que bajara del todo. En todo este tiempo, no llamaron de Vitaldent ni una vez.

Cuando volví a Vitaldent, un mes después, a mitad de agosto, iba ya mosqueado por el tiempo que llevaba desde la extracción y todo lo que había pasado desde ésta. Entré en la consulta y me dijo el odontólogo que íbamos a empezar ya con el proceso del implante. La directora comentó que habría que esperar al implantólogo, a lo que el que me iba a atender le respondió que él TAMBIÉN era implantólogo; la directora puso cara de no saberlo y yo comenté que no tenía mucho control del personal que tenía en la clínica pues no sabía que títulos tenían.

En esa consulta me quitaron los puntos, me dijeron que ya iban a darle velocidad al tratamiento y que ya me darían fecha. Entonces fue la primera vez que llamé a Atención al Cliente de Vitaldent, quejándome del excesivo tiempo que llevaba con el tratamiento (recuerdo, desde principios de enero), que se me había dicho que para principios de julio estaría terminado ya el implante (estábamos en agosto y aún no habíamos empezado ni a poner el tornillo) y por todas las circunstancias que habían ocurrido desde el principio, además de advertirles que aún no tenía fecha para empezar con el proceso del implante.

En septiembre me dieron fecha hacia mitad de mes y me recibió el implantólogo, (un chico alto al que en una ocasión escuchamos desde la sala de espera recriminar a una señora mayor que no se hubiera lavado bien la boca; dicha señora salió llorando de la consulta. Como ya he señalado antes, ni tan siquiera son capaces de ofrecerte agua para el enjuague, además de que el estado de las consultas no es el mejor, puesto que habiendo observado el desorden y, en ocasiones, poca limpieza, yo ya había sacado fotografías anteriormente); me vio, me echó un vistazo rápido y me dijo que había que esperar a la reafirmación del hueso, es decir, octubre… Yo ya alucinaba.

Cuando volví en octubre, me hizo la moldura del diente una auxiliar, pero no me la hizo bien… Al volver a la siguiente consulta, me atendió otra odontóloga, la tercera ya (yo ya estaba cabreado con el tiempo pasado y el poco resultado obtenido). Mira la radiografía que tenía en el monitor y me pregunta: “¿No le han dicho de ponerse las dos piezas de la mandíbula inferior?”. Me quedé alucinado y comenté: “Pero bueno, si aún no he acabado, tras casi 10 meses, con el diente que se rompió… ¿Aún me dices de otras dos piezas más? Me están vendiendo una moto de 500 c.c. y lo que recibo no llega ni a 50…”

Me contesta que se podrían haber hecho las 3 a la vez, a lo que respondo: “Si con una sola pieza llevo todo este tiempo, ¿cuánto me habría costado las 3? ¿Y el sufrimiento que habría pasado? ¿Y el presupuesto?...”

Total, que acaba la revisión, me pone de nuevo la moldura para el diente, puesto que la moldura anterior no estaba bien, y salgo de la consulta cabreado y por el pasillo de la clínica le voy comentando todo esto a la odontóloga. Al oírlo, salieron también la directora y la recepcionista (una de las dos o tres que han pasado en todo este tiempo) y me recriminaron que hablara así y que no podía decir estas cosas, a lo que les contesté que qué querían que dijera, si era la verdad. Acabé diciéndoles que se podían ir a la mierda, todos ellos y Vitaldent, sin gritos pero sin callarme.

Fue la segunda ocasión en que llamé a Atención al Cliente de Vitaldent, les comenté que estaba esperando a que me llamaran para que me dieran cita y les comenté que, por favor, no me llamaran para darme cita de un día para otro, como ocurrió. Cuando llamaron para darme cita al día siguiente, les dije que evidentemente, no podía ir y que me dieran cita para otra fecha, a mediados de octubre.

Voy a la cita, me recibe de nuevo el implantólogo alto, me revisa, le cuento lo que está ocurriendo, me dice a todo que sí, como a los locos. Me hace prueba con el implante, sin anestesia porque así lo pedí, me hace daño y aguanto, y se da cuenta de que no entra bien y tiene que perfilarlo, diciéndome que en una semana me dan nueva cita.

A la semana me llaman para decirme que tendré que esperar porque el laboratorio no había hecho el trabajo; en esta ocasión, una chica con poco tiempo trabajando y que me dará nueva cita. Esta es la tercera llamada a Atención al Cliente, quejándome.

Una semana más, víspera del 1 de noviembre, tengo cita. Voy a la consulta, el implantólogo alto de nuevo. Me prueba la prótesis y, en esta ocasión, el problema es la diferencia de pigmentación de la pieza. Le pregunto si lo van a hacer rápido y me comenta que está el puente de Todos los Santos y el laboratorio está de puente y hasta la siguiente semana no va a ser posible.

Pues bien, espero, no me llaman en toda la siguiente semana, protesto de nuevo (cuarta ocasión) a Atención al Cliente y el jueves de la semana posterior, me llaman para ir al día siguiente, viernes. Ya les había avisado de que no me llamaran de un día para otro, pero lo hicieron por segunda vez. La que me atendió, además comentó de malos modos, que era para “terminar de una vez”.

Me dan cita para la semana siguiente, es decir, el 21 de noviembre e iba con la conciencia de callar e intentar terminar de una vez. Me recibió el implantólogo, me saluda y me pregunta qué tal va todo. Mi respuesta fue que esperando, aún. Y ahí empezó el follón, porque me dijo: “Es que ha fallado a 3 citas…”

Le contesté que eso no era cierto, en todo caso a solamente una y por circunstancia de una enfermedad de mi mascota, ocasión en que llamé contando la situación y pidiendo una nueva cita. El resto de citas me las habían anulado desde la clínica por circunstancias del laboratorio. El implantólogo me dice: Eso no es cierto. “¿Me estás llamando mentiroso?” y le digo que, en todo caso, el que me llama mentiroso es él a mí, pues dice que no es cierto lo que le acabo de decir. Entonces me dice, de malos modos, que no me va a atender y claro, después de todo el sufrimiento que ya llevaba aguantando, empieza una discusión, en la que le recuerdo todo lo que ha ocurrido hasta entonces y le advierto que yo no soy una señora mayor y no me voy a callar.

En resumen, que acabamos discutiendo en la recepción, aparece la directora de la clínica, que no estaba, y viendo lo que ocurría, dice que va a llamar a la policía y me va a denunciar por amenazas, cosa que hace. Aparece la policía local, observa la situación, les relato todo lo ocurrido, intenta que se hable todo con calma, lo cual recomienda, pero el caso ya había llegado demasiado lejos. Total, que el implantólogo se niega a tratarme y la directora solamente me da la opción de devolverme el dinero por lo que queda de tratamiento y que me lo haga en otra clínica, además de decirme que me va a denunciar por amenazas.

Cierto es que les dije y repetí todo lo que había ocurrido desde enero hasta el 21 de noviembre, que estaba ya alterado con tanto retraso, poca profesionalidad y excusas varias y así se lo dije. También les recordé que había tenido que llamar a Atención al Cliente de Vitaldent en 4 ocasiones y, que a partir de la cuarta fue cuando ya les entró la prisa por acabar el tratamiento. Al final, dijeron que me iban a denunciar por el follón que se había montado y que no me iban a atender más.

De vuelta a casa, volví a llamar a Atención al Cliente por quinta vez, les relaté todo lo que había ocurrido y me dijeron que me llamarían. El sábado, mi compañera recibió una llamada de un número móvil y, al contestar, le dijeron que era desde Vitaldent (se había dado su número, por si acaso), y ésta le dijo que me llamara a mí. Cuando volvió, me dijo que la habían llamado; llamé yo al número que me dio pero, al ser sábado, no me contestaron.

He llamado esta mañana, lunes, 26 de noviembre, y era el número del responsable del área Norte de Vitaldent. Le he relatado todo lo ocurrido y me ha dicho que las opciones que me da son: contratar un abogado, pedir la hoja de reclamaciones o denunciar ante el colegio de odontólogos. La única solución: devolverme la parte proporcional del importe del tratamiento que me queda por hacer y que termine el tratamiento en otra clínica.

Pienso que ya he denunciado en 5 ocasiones en Atención al Cliente de Vitaldent todo lo que ha ocurrido desde enero y que denunciar ante el colegio de odontólogos o contratar un abogado para que lleve el caso lo único que supone es un gasto de tiempo (aún más) y dinero, aunque si ha de hacerse, se hará.

También ha dicho que volvería a llamarme, que tenía una reunión, pero aún estoy esperando.

Para finalizar, como puede apreciarse en las fotos, no ha sido solamente el sufrimiento a nivel de todo lo anterior, sino también el estético, puesto que la prótesis nunca funcionó bien, me hacía daño y apenas me la puse. Háganse cargo de estar casi 11 meses sin diente y con temor a enseñar la falta del mismo.

Siento la extensión del escrito, pero han sido tantas cosas, tanto tiempo y tantas incongruencias por parte de Vitaldent, que había que contarlo lo mejor y más claro posible.