Yo que tú haría algo poco convencional, streamearía juegos clásicos de PSX, Nintendo 64 y Megadrive, pero haciéndoles la review (tienes que decir análisis) y leyendo las notas de prensa de cada uno, como si realmente vivieses en los finales de los 90 y hubiese salido el juego en ese momento. Es decir, llamas a tu canal "Con 20 años de retraso" y finges que vives 2 décadas atrás, pero de verdad, pones un filtro noventero al vídeo, te haces un cenicero o te dejas chibarras o mullet, chándal Adidas con parches de colores en los codos, unas skater, pósters en las paredes del Final Fantasy VII, televisión de tubo al fondo, fundas de la cama del Real Madrid, los tazos en la leja, el monopatín y el balón de cuero desgastado.
Llegas a casa, estás en Noviembre de 1999, entras a la habitación emocionado con la Hobby Consolas en la mano y dices "acaba de salir el Final Fantasy VIII y he convencido a mi madre para que me lo compre, mi padre me va a matar, venimos del bazar, 7.999 pesetas, este mes me quedo sin paga, pero merece la pena, y a finales de mes sale el Residen Evil 3: Némesis, no sé si tendré que esperar a los Reyes, depende de si apruebo o no las mates".
Coges tu videocámara y simulas estar grabando un vídeo que publicarás en Twitch o YouTube 20 años despues. Y ya sacas el juego de tu mochila con ruedas, lo analizas, lees lo que viene por detrás de la caja, sacas la guía gorda, flipas con los gráficos que tiene que tener, "va a estar guapísimo" y así sucesivamente, lo que hacíamos entonces, vaya. De fondo se escucha a tu madre decir "¿De qué te hago el bocadillo?" y tú: "me da igual mamá". Enchufas tu PSX, metes el disco 1, juegas parándote a leer la guía cada 3 minutos, y durante 4 horas. Cuando pase ese tiempo es importante que tu padre llegue del trabajo, abra la puerta de la habitación y te diga: "ya estás otra vez con los marcianos, ¿has hecho los deberes?, ¿que juego es ese?, ¿no te lo habrá comprado tú madre?. Anda, apaga eso ya, que estás todo el día enganchado".
Te despides de la cámara, apagas la consola y dices que te tienes que ir a cenar.
Eres millonario, de nada.