La historia de España se sustenta en la historiografía construida en el S.XIX, con el advenimiento de todos los nacionalismos estatales, incluido el español, momento en que se “nacionalizó” la historia dándole un carácter finalista o teleológico.
Según esa visión todos los avatares ocurridos en la península ibérica han tenido como fin último la construcción del estado español moderno. Esta historiografía nacionalista utiliza terminología tan doctrinaria como “La Reconquista”.
Por supuesto, ningún alumno estudia ni una línea acerca de la creación del nacionalismo español. Al contrario, la Academia de Historia denuncia frecuentemente la desaparición de los estudios de “una historia común”.
En la educación y el espacio público se utilizaba el imaginario de la reconquista como fantasía mítica. Las referencias constantes a la evocación simbólica de hazañas militares: Covadonga, la reconquista de Toledo, Las Navas de Tolosa, y los referentes religiosos: Santiago, los protagonistas de la historia-mito: Pelayo, el Cid, Alfonso VI, Fernando III, los Reyes Católicos, y en la identificación del Cid o Pelayo.
La historiografía española e hispanista ha empleado a lo largo de un siglo el término “Reconquista” para hacer referencia al enfrentamiento entre los reinos cristianos y Al-Andalus durante la Edad Media, englobando en un único concepto una realidad compleja constituida por factores políticos, militares, te-rritoriales, eclesiásticos, espirituales, ideológicos y mentales. El uso de dicho vocablo, sin embargo, presenta una serie de problemas relacionados con su naturaleza polisémica, así como con su doble significación, en tanto mito identitario y en tanto concepto historiográfico.
La primera problemática es quee en la Edad Media dicho término nunca se utilizó, debe señalarse que cuando se hacía referencia a la actividad militar en la crónica alto-medieval se emplearon términos como “ganar” o “conquistar”, pero nunca “reconquistar”.
El nacionalista español Modesto Lafuente (1806 – 1866) en su Historia General de España fue el introductor del término "Reconquista" para referirse al período histórico desarrollado en la península ibérica entre la conquista omeya de Hispania en 711 y la caída del Reino nazarí de Granada ante los reinos cristianos en expansión en 1492.
Fragmento de la Historia General de España de Modesto Lafuente (https://sirio.ua.es/libros/BEducacion/historia_02/0121_s.jpg, https://sirio.ua.es/libros/BEducacion/historia_02/0144_s.jpg)
La segunda problemática es de carácter epistemológico y se vincula con la multiplicidad de significados que posee el vocablo “reconquista”. Tal voz nombra, en primer lugar, un momento preciso en la historia marcado por la conquista de una fortaleza, una ciudad o una villa; en segundo término, designa un proceso histórico de lucha secular entre cristianos y musulmanes; en tercer lugar, determina una época histórica marcada por tal conflicto, que se asimila con la Edad Media española; en cuarto término, hace referencia a la ideología construida por las monarquías alto-medievales, en particular la astur-leonesa, para justificar y legitimar su expansión territorial al sur de la cordillera Cantábrica, y, por último, define una categoría historiográfica con que los medievalistas de la pasada centuria han analizado y descrito las realidades que estudian. Evidentemente, un término con tal carga semántica carece de toda validez científica, pues lejos de representar un concepto bien definido encierra diversas realidades.
La tercera problemática es de carácter histórico y se vincula con el uso político e ideológico del enfrentamiento medieval entre cristianos y musulmanes en la Península Ibérica a lo largo de la historia.
En el siglo XIX el relato histórico sobre la “reconquista” se utilizó para construir la identidad nacional española contemporánea en función de los marcos políticos.
El término “reconquista” es un vocablo que define a la vez un mito identitario y una categoría historiográfica, y que la simbiosis entre uno y otra es difícil de deshacer. En consecuencia, los historiadores deben ser conscientes de esta realidad, pues aquél es un término provisto de una fuerte carga ideológica cuyo empleo se potenció con el objetivo de englobar los distintos factores que conformaron las realidades históricas del enfrentamiento entre los reinos cristianos y Al-Andalus, integrándolas dentro del proceso histórico “nacional” español. Por lo tanto, con el fin de comprender mejor esas realidades es deseable que los medievalistas se refieran a ellas con términos específicos como “conquista”, “expansión militar”, “restauración de la organización eclesiástica”, etcétera.