La crisis del euro ha demostrado ser una hidra de muchas cabezas. Allí donde una de ellas es cercenada, aparecen sin remedio otras tantas. Incluso Silvio Berlusconi amenaza con volver al poder en Italia. Pero tenemos a Angela Merkel, la 'heroína' que ha conseguido mantener a raya al 'monstruo' durante los dos últimos años, que hemos vivido más peligrosamente de lo que podíamos imaginar. Y en la medida en que la crisis nos sigue amenazando, seguimos necesitando una Merkel cerca. Ése es el mensaje que subyace en el reportaje titulado '¿Qué hace Merkel? La canciller de la crisis del euro', que emitirá esta noche a las 22.45 horas la televisión pública alemana.
Un equipo del canal ARD ha acompañado a la canciller alemana en su día a día durante los dos últimos años y ha sido testigo de cómo Merkel peleaba con un brazo contra los despiadados mercados y con otro contra los jefes de gobierno remolones en la aplicación de las reformas.
El guión contiene idas y venidas a Bruselas con los coches oficiales derrapando en las curvas o frases propias de una película del Oeste como "la mitad o nada", pronunciada con ocasión de la quita de la deuda griega que afectó a los tenedores privados de bonos y con la que, según el entonces secretario de Estado de Finanzas y hoy en el BCE, Jörg Asmussen, "le mostró la pistola a los bancos". El documental bien podría llevar el título 'Angie Croft salva a Europa'.
A la espera de ver entero el reportaje, del que se conocen sólo los datos de avance que ha proporcionado la cadena, podría pensarse que se trata de una operación propagandística en la que se han cargado demasiado las tintas dramáticas, pero el hecho es que el argumento se corresponde ampliamente con la realidad que perciben los alemanes. La semana pasada, Merkel autoproclamó su gobierno como "el más exitoso desde la Reunificación" y no había terminado de pronunciar estas palabras cuando fue reelegida presidenta de su partido con el 98% de los votos, en lo que su propio socio de gobierno, el socialcristiano Horst Seehofer, calificó de "resultado cubano".
Las encuestas, además, demuestran que los alemanes están ampliamente satisfechos con la canciller. El último sondeo Emnid, publicado este fin de semana, otorga a su partido, CDU/CSU, una intención de voto del 40%, un porcentaje que Merkel no tocaba desde febrero de 2006, mientras los socialdemócratas la siguen con el 28%.
El consenso sobre la gestión que Merkel hace de la crisis es tal en Alemania que el líder de la oposición socialdemócrata, Peer Steinbrück, contrincante de Merkel en las próximas elecciones generales de septiembre de 2013, afirma en el documental que emitirá la ARD esta noche que "se trata de una situación increíblemente dramática y en este sentido expreso mi total simpatía con la canciller".
Alemania no ha cantado victoria todavía y Merkel tampoco. Se esperan ocho meses en los que la crisis del euro girará inevitablemente en torno a la campaña alemana, pero hay en el ambiente un etéreo triunfalismo que recuerda, salvando las distancias, el denominado 'Espíritu de 1914', la sensación de confianza generalizada patriótica y de unidad que acompañó al estallido de la Primera Guerra Mundial y que desde entonces es puesto como ejemplo, por parte de los historiadores alemanes, de la sensación de euforia que precede a la profunda depresión.
Una tía como esta hace falta en España.
¿Ejemplo a seguir?