Tras años intentando ser feliz, he ido quedándome con lo bueno y descartando lo prescindible. Lo que os enumero a continuación es lo que me ha funcionado a mí, aunque sospecho que puede valer para cualquiera.
Gestiona tus emociones. El malestar solo existe en tu cabeza. Si crees que eres feliz, eres feliz. Tu felicidad no necesita validación externa.
Exponte a cosas que te den placer pero que no te supongan problemas o complicaciones a futuro. Epicuro definía esto como la Ataraxia, un estado de serenidad y paz donde las pasiones y los deseos innecesarios son disminuidos para que no te perturben. Céntrate en las cosas que te den placer y puedas conseguir.
Ejercicio, dieta y sueño. Dale a tu cuerpo exactamente lo que necesita de forma regular. Ni más ni menos. Ten un ritmo regular de ejercicio y sueño, y sé frugal en tus comidas. Piensa que atiborrarte en una comida te llevará después a sentirte pesado, mal o engordar.
Sé agradecido y cuida tus relaciones. Establece vínculos fuertes con tus familiares y amigos. No hables mal de nadie. No te quejes. Intenta que cualquier interacción que tengas con alguien sea positiva, sea tu amigo o no. Haz cosas por los demás por el simple placer de ayudar.
Haz o fabrica cosas con tus propias manos. Aprende a pintar, a escribir, carpintería, fontanería... Aprende cosas difíciles que te sirvan en tu día a día. Disfruta de la satisfacción de cambiar esa cisterna que gotea con tus propias manos.
Epicuro centraba su vida en la serenidad y la imperturbabilidad. Disfrutaba de las cosas con moderación. Disfrutaba más de los placeres intelectuales y de las fuertes amistades que de los placeres carnales.
Nuestra vida actual se basa en tener lo mejor lo más rápido posible. Nos exponemos a actividades demasiado estimulantes y generamos tolerancia a la dopamina. Las actividades que antes disfrutábamos nos terminan aburriendo, porque ya no son tan interesantes o tan divertidas. La motivación es cada vez más escasa y la desidia y la procrastinación acaban con ella. Disfruta de las cosas con moderación y frugalidad, y disfrutarás más de la primera fresa que de comerte tres cestas seguidas.
Olvídate de la motivación. La motivación es una puta, solo está contigo cuando le viene bien. Pero lo bueno es que la motivación tiene una hermana un poco más fea, pero mucho más disponible: la disciplina. La disciplina siempre está ahí cuando la necesitas. Es el hermoso árbol de tu jardín que has cuidado tanto que te da fruta todo el año.
Hago este hilo como una forma de dejar por escrito mis conclusiones. Si os ayuda, genial. Y si no, pues genial también.
Un saludo