El 9 de Febrero de 2019 me sometí a una operación de Trasplante Capilar en Estambul, Turquía. A lo largo de esta semana iré actualizando como ha sido mi experiencia en los primeros 6 meses. Responderé todas las dudas que tengáis, salvo la de AK o Colt o si me gusta la McRib.
Con treinta y muchos años y unas entradas muy pronunciadas, se me empezaba a ver la coronilla muy despoblada y ya no sabía como esconder todo eso ni como poder peinarme sin parecer un calvo. No me gustaba la idea de tener que raparme, pero a pesar de que había visto el tema del trasplante capilar en algún foro no terminaba de animarme y me daba algo de miedo.
La opción de ir a Turquía “a ponerme pelo” me parecía interesante, como aprender alemán o viajar a Japón, es decir una de esas cosas que se tienen en la mente y quizás nunca se hacen.
¿Como empezó todo?
En la cena de Navidad me encontré con la pareja de mi prima, había estado meses atrás en Estambul poniendose pelo y me contó su historia. Estaba muy contento con su experiencia, muy entusiasmado y logró transmitirme toda su alegría. Me comentó que era una operación sencilla y sin riesgo, que no tuviera miedo. Era absurdo, era como si ponerse pelo hubiera cambiado su vida de arriba a abajo...
Me pasó el contacto de la clinica donde se había hecho el trasplante capilar y daba tan buenas referencias. Lo guarde por si acaso algún día me atrevía con ello. Por cierto no diré que clinica es, porque no se trata de hacer publicidad, en Estambul hay decenas de clinicas de este tipo, pero si quereis saber donde me lo hice podeis preguntarme por privado.
Después de darle vueltas varios días me armé de valor y me dije ¿Y por qué no hacerlo? Tenía la edad adecuada, era Invierno que es el mejor momento para hacerlo, tenía los días libres, la oportunidad de quedarme en casa la primera semana y tenía los 2000€ de la operación. No iba a encontrar un momento mejor. Así que me arme de valor mandé unos whatsapps a la gestora de la clínica, me pidieron fotos de cabeza y poco más. Rapidamente me dijeron que mi cabeza era OK para donarme a mi mismo 3500 folículos.
Desde la Clínica me daban cita para el Sábado 9 de Febrero, compré el billete para Estambul de Ida y Vuelta (180€) y desde la Clinica hicieron todo lo demás. Todo fue muy rápido, desde la Clinica gestionaron todo son sencillez y rapidez. Cuando me quise dar cuenta ya tenía todo programado. ¡Ya no había marcha atrás!
Preferí no ver videos de la operación, para no acojonarme y arrepentirme, así que fui practicamente virgen a Turquía, que pasase lo que tuviese que pasar. Solo me informé de como actuar en el post-operatorio. Más tarde me arrepentiría de esta decisión, habría sido mejor saber TODO lo que me iban a hacer para haber pasado mucho menos miedo.
El viaje
Un día antes de la operación el 8 de Febrero cogí el vuelo hasta Estambul, cuando llegué era de noche, nada más salir con mi maleta me esperaba un agente de la clínica y nos llevó a mi y a otros dos chavales suecos que venían a lo mismo que yo a una especie de Cabify Turco mandado y pagado por la Clínica. Fui solo en el “Cabify”, me llevaba un señor turco muy serio al que solo sonsaqué que era fan del Fenerbahce, tenía un pinta de terrorista de la ostia, pero eso en Turquía es un look muy habitual.
Me dejaron en un buen Hotel de barrio de Besiktas (zona pija de Estambul). Turquía tiene 2 horas más que España así que ya era zona de cenar y acostarse. En el comedor del Hotel me encontré algo muy curioso... el 80% de los comensales eran grupos de franceses recién operados. Le eché morro y me senté a cenar con 4 chavales de Lille, los habían operado ese mismo día y estaban cenando y charlando tranquilamente, como si no hubiera pasado nada. Tenían las cabezas como un bebedero de patos, bien vendadas y llevaban unas cintas para evitar que la inflamación bajase a la cara. Pero... se les veía muy bien, muy felices a pesar de estar recién operados. Me animaron a estar tranquilo de cara a mi operación del día siguiente.
Por cierto, comer bien en Turquía es super barato, por menos de 8-10€ comes muy bien en cualquier sitio. Comida sana y buena. Nada que ver con los kebabs cutres que tenemos por aquí. La gastronomía turca fue uno de los grandes descubrimientos de este viaje.
Esa noche no dormí demasiado, entre la excitación, el cambio de hora... y las ganas que tenía de que pasasen 24 horas para estar tan tranquilos como los franceses que había conocido cenando.
La operación
Me levanté animado, desayuné suave como me habían dicho que hiciera y esperé a que me recogiera Mel a las 08:30, la chica de de la agencia que había gestionado mi viaje y la operación, me llevó a la Clínica que estaba a unos 10 minutos, no sabría deciros donde porque Estambul es gigantesco. La Clínica era sencilla, limpita y como cualquier clínica española estandar. Allí me esperaba el equipo médico que iba a operarme.
Todo fue muy rápido Me quedé en pelotas y me puse una bata negra de estas que te dejan con el culo al aire. Me raparon el pelo y comenzaron a pintarme lineas en la cabeza para ver donde me debía poner pelo. Todo muy rutinario. Yo estaba muy nervioso y un poco asustado. Que cojones, estaba bastante asustado pero deseoso de empezar cuanto antes. Aquí vino uno de los momentos que jamás olvidaré toda mi vida...
Antes de entrar a la salita donde me operaban, un quirófano muy sencillito y con cuatro cosas básicas, les pedí entrar al baño para hacer pis y así no tener que levantarme durante la operación. En ese momento entré al baño, me miré al espejo y me di cuenta de todo lo que estaba sucediendo: estaba en Turquía, con una bata que se me veía el culo al aire, con la cabeza rapada y pálida, llena de lineas pintadas por todas partes y a punto de meterme en un quirófano para ponerme pelo. Era un cuadro, nunca me había visto así. En ese preciso instante el tiempo se detuvo y me di cuenta de que el pelo no era una cosa importante en la vida. Estaba acojonado. Mientras me miraba al espejo, durante uno o dos segundos me dieron ganas me dieron ganas de salir corriendo de allí, el dinero y el viaje me daban absolutamente igual. Pero no lo hice, ese estado de pánico solo duró dos segundos, así que salí del baño y me metí en el quirófano donde me esperaban 3 enfermeras de unos 40 años dispuestas a montarme la de dios en la cabeza.
CONTINUARÁ!