#16 en efecto, tras el arrollador ímpetu privatizador se encuentra como sustancia motivadora la que parece hermosa idea de "libertad". Sin embargo, hay que hacer un ajuste. Libertad individual estamos hablando.
Y ahora bien: verdad no es acaso que en una sociedad donde debemos convivir unos con otros "tu libertad acaba donde empieza la libertad del projimo??
Ahí está el gran problema amigos. Así que nos os engañéis. No existe elemento, y por lo tanto la privatización absolutista tampoco lo es, que sea la panacea. Lo correcto lo encontraremos en el equilibrio. En España por suerte, por nuestra tradición, tenemos una mentalidad no contaminada que mantiene el sentido común y nos avisa con tiempo. Ya solo hay que ver las manifestaciones que se han hecho por lo de los hospitales y los recortes. Desde el ciudadano mas humilde al de mayor estatus lo que les viene a la cabeza frente a hacer la sanidad un negocio es que "no puede traer nada bueno"
Otra frase demagógica y típica en apología a la privatización es la de "Devolver el poder al ciudadano!!" Ahora bien, yo también entonces me pregunto cual es la diferencia entre "Devolver el poder al ciudadano" y "Devolver el poder a los ciudadanos". Pues situémonos: se pone a la venta un hospital. ¡¡Bien cualquier ciudadano tiene la oportunidad de hacerse con una parte de su país! Pero no nos engañemos: quien tiene la capacidad como para poder comprar un hospital? En efecto, el que ya tienen dinero.
Simple retroalimentacion con el pasado: Desamortizaciones del periodo isabelino. Se planifican con toda la buena intención del mundo para dar tierras a los pobres campesinos. Se las llevaron o bien los propios nobles propietarios de esa misma tierra (para tenerlo como "propiedad privada", que quedaba muy cool para la época y así ya podría ir en royo legal) o bien terratenientes que engrosaron su masa de propiedades (que las propiedades no estén dispersas no traerá nucna nada bueno). A los campesinos las migas y por pena.
La privatización en todos los demás ámbitos está bien en verdad. permite que fluyan las propiedades y el capital y tal... pero esta vez no, señores, con la salud no hay que jugársela.