#20 nos quejamos de que la alcaldesa de París se jacte de que contrata a mujeres simplemente por el hecho de ser mujeres, y diga que lo va a seguir haciendo, claramente porque tener un sesgo discriminatorio hacia los hombres, incluidos los hombres homosexuales, es bueno para la sociedad.
Es gracioso porque el igualitarismo meritocrático era uno de los grandes principios que han caracterizado a la izquierda no comunista desde hace 200 años, basándose en que la estratificación social solo se fundamenta en la igualdad de oportunidades y los méritos propios, repudiando el origen de clase, la herencia, la raza, la religión y un largo etcétera que evidentemente también incluye al género. La alcaldesa de París, como toda la izquierda actual, ha pasado a despreciar ese concepto.
Luego llorarán cuando las urnas se llenen de votos a la extrema derecha. Y es que se lo ponen en bandeja. Qué pena como vamos a acabar.