Cuarenta y ocho horas, para ser exactos. Eso es lo que necesitaron los nano-robots para encontrar los tumores, anclarse con éxito a las células vasculares relacionadas con ellos y causar coágulos de sangre para cortar el suministro de sangre. Una pequeña inyección es capaz de estrangular, reducir e, incluso, acabar con el cáncer en solo 48 horas.
Es un paso fundamental en la investigación contra el cáncer. Tal y como explicaban los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona (ASU) y el Centro Nacional de Nanociencia y Tecnología de China en Nature Biotechnology, esta revolucionaria tecnología ha sido probada exitosamente en ratones y cerdos. El siguiente paso son los humanos.
Ojalá saquen algo bueno y funcione de todo esto y se acabe de una vez el cáncer tal y como lo conocemos de enfermedad tan mortal.
Todos los que hayamos perdido a alguien por culpa de ello mucho ánimo.