Una madre denuncia insultos homófobos a su hija en un colegio de Madrid: “Su tutor nos dijo que tenemos que respetar la opinión de los demás”
La progenitora asegura que algunos compañeros repiten comentarios como “los gais son un virus que se propaga”, sin que el maestro ni el centro actúen para atajarlo.
Una madre ha denunciado este domingo en Twitter que su hija lleva meses sufriendo comentarios homófobos en el colegio público del sur de la ciudad de Madrid al que asiste por parte de algunos niños, sin que su maestro ni el centro hayan tomado hasta el momento medidas para atajar la situación. La mujer, que se llama Angela (sin acento) Porras, ha decidido llevar el caso a la inspección educativa, que va a abrir una investigación, y ha solicitado ayuda a la federación de familias FAPA Giner de los Ríos de Madrid, cuyos servicios jurídicos han empezado este lunes a estudiar el caso. La niña estudia uno de los últimos cursos de primaria.
Los mensajes que la madre publicó en la red social han tenido cientos de retuits y de respuestas, en su mayor parte mensajes de apoyo. En el primero que escribió afirmaba: “Pues es domingo por la tarde, lo que en mi familia se ha convertido ya en sinónimo de angustia porque al día siguiente hay que ir al colegio”. Y un poco más adelante: “La niña entra y sale del colegio llorando, a menudo va a enfermería porque la ansiedad le provoca dolor de barriga”. Y hacia el final de la cadena de mensajes: “El jueves, en el comedor, se echó a llorar y dijo que quería morirse. Nuevamente nos enteramos por otros niños, el colegio no nos informa de nada. Nadie ha visto nada”.
Porras, que es escritora, explica que los insultos empezaron el curso pasado, y que su tutora de entonces les dijo que estaría pendiente. Los comentarios despectivos, que incluyen expresiones del tipo “los gais son como un virus que se propaga” o “los gais están detrás de la pandemia”, continuaron, sin embargo, a la vuelta del verano, y el nuevo tutor de la niña se ha mostrado poco dispuesto a intervenir o a amparar a la niña, según cuenta la madre. “Le pedimos que por favor aprovechara la clase de Valores para darles una pequeña charla a los alumnos o para ponerles un vídeo en el que se explicara que los gais no dan asco. En fin, tampoco pedimos gran cosa. Y el profesor nos dijo que teníamos que respetar la opinión de los demás. Que él no va a hacer nada en concreto por fomentar el respeto a las personas LGTBI, porque no considera que el colectivo LGTBI merezca un respeto especial. Que él enseña a respetar a todo el mundo y ya está”, explica la mujer por teléfono. Porras le dijo al maestro que a ella y a su marido les parecía muy bien que pidiera respeto para todo el mundo, pero que a la vista de que había “un problema concreto” pensaban que la cuestión debía abordarse de forma también “concreta”.
No solo no lo han conseguido, sino que la consecuencia, sostiene la mujer, ha sido que el docente ha pasado a señalar a la niña. “Continuamente le está diciendo que es que ella no respeta las opiniones de los demás. Un día le preguntó delante de toda la clase que cuántos amigos tenía. Y cuando contestó no sé, los que fueran, le dijo: ‘A lo mejor si respetaras a los demás tendrías más”. Las responsables del equipo directivo se han mostrado, prosigue, comprensivas desde el punto de vista personal y tratan bien a la niña, pero hasta el momento tampoco han adoptado medidas. A los progenitores no les consta que el centro haya iniciado el protocolo de acoso escolar, y el mensaje que se le ha transmitido ha sido que la niña es “muy sensible”. Porras ha acudido este lunes a la inspección educativa y está a la espera de tener una cita para exponer el caso. Este periódico ha intentado obtener la versión del centro (cuyo nombre no aparece en el artículo para proteger la identidad de la niña), que se ha remitido a la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Esta asegura que “el equipo contra el acoso y el equipo especializado para prevenir y mejorar la atención emocional en colegios e institutos analizará lo sucedido” y que la inspección educativa “se personará en el centro para comprobar las actuaciones que ha realizado el equipo educativo y el centro en este caso”.
La madre asegura que también contó lo que estaba viviendo su hija en el chat de WhatsApp de los padres de la clase, a los que pidió que hablaran con sus hijos. La respuesta de la mayor parte de los progenitores fue de apoyo, afirma, aunque hubo alguno que no respondió.
Proteger a los alumnos
Gema Bru, responsable de los servicios jurídicos de la FAPA Giner de los Ríos, la principal organización de familias de la escuela pública en Madrid, ha empezado a estudiar este lunes la denuncia. La abogada prefiere no pronunciarse sobre el caso en concreto, pero en general afirma que los “ataques o la falta de respeto a los alumnos, y además con tintes de homofobia, no pueden aceptarse en los centros educativos”. “Los profesores están obligados a tratar con respeto a los alumnos y a tutelarlos en aras de que no sientan ningún daño físico ni psicológico. Y si se están produciendo actitudes de este tipo, deben atajarse desde el primer minuto”, dice Bru. Los derechos del alumnado están garantizados por la legislación en general y en especial por la normativa educativa, en particular en este caso por el decreto de convivencia escolar de la Comunidad de Madrid, publicado en 2019.
Las familias que consideren que sus hijos están siendo víctima de acoso, deben empezar por hablar con su tutor, como han hecho Angela y su marido. Si no hay resultado, elevar el asunto a la dirección del centro, y después a los diferentes niveles de la inspección educativa. Si ninguna de dichas instancias funciona cabe acudir a la vía judicial, un nivel al que según la abogada de FAPA Madrid se llega muy pocas veces.