#362 Es difícil hablar de eso, porque no hay correlaciones fuertes entre víctimas de agresiones sexuales y vestimenta de las víctimas.
Y tampoco es una sorpresa que no las haya. Lejos de la creencia de ciertos círculos, no vivimos en una cultura de la violación donde se normalice el cumplimiento de deseos sexuales de hombres y donde se entiende a la mujer como un ente pasivo destinado a satisfacerlos. La sociedad condena estos actos, y lejos de actuar como agente normalizador es un ente represivo. En consecuencia, el delito de violación es extremadamente oportunista, esto es, el violador viola cuando puede. Bien en con violencia en un callejón oscuro (menos común), utilizando drogaso fármacos para minar la consciencia y la voluntad de la víctima, o en la intimidad con engaños, chantajes, etc...
Pero que no se encuentre correlación no quiere decir que cierto tipo de atuendos que socialmente (constructivistas sociales, ahora atreveros a rebatir esto) llevan implícito una intencionalidad de coqueteo, seducción visual, sensualidad, en definitiva de desencadenar la respuesta sexual no podrían suponer, en ausencia del factor represivo social, un factor que supusiera la predilección del criminal por las posibles víctimas que llevaran este tipo de ropa.