#91 Aunque no lo pretenda, sí que influye en las concepciones de lo bueno o malo que tenemos del mundo, incluso de la política. Y las derivas que de la antropología han surgido sí que marcan o desdibujan nuestra concepción de lo que está bien y de lo que está mal.
Un ejemplo de lo primero lo tenemos en Guattari, Foucault y cía., quienes establecen una división antropológica para los buenos y los malos (entíendase) en relación al poder.
Un ejemplo de lo segundo lo tenemos en las directrices de la antropología cultural y el supuesto relativismo cultural que adoptan los antropólogos (o creen adoptar) y que promueven públicamente en las instituciones (el ejemplo más paradigmático es la universidad, pero va mucho más allá) frente al etnocentrismo.
El problema de la antropología y sus fuentes es que es, en términos de Gustavo Bueno, un monstruo gnoseológico, y de ahí que me interese tu opinión en relación a la clasificación que has ofrecido.
Después de lo que me has dicho y el desarrollo expuesto, me parece interesante diferenciar entre la antropología como herramienta de observación (parte superior) y las implicaciones que los antropólogos y demás académicos derivan de sus estudios o de su metodología de estudio (parte inferior). Me quedo con esto.
Quizá esto que digo no haga más que reforzar tu tesis sobre que hay una separación forzada entre la física y la metafísica.