No; tampoco tendrás muchas perras.
La tasa de fecundidad española se encontraba en 1,24 hijos por mujer en 2019, cuando en 1975 era de 2,8. El número será menor en los próximos años, pues la pandemia, como en su día ocurrió con la crisis de 2008, ha provocado aún menos nacimientos. Este dato, a simple vista negativo, dice mucho más de lo que parece acerca de los españoles. Acerca de sus familias, de sus costumbres, del mercado laboral, de las relaciones entre hombres y mujeres y, sobre todo, de nuestras expectativas vitales.
PREGUNTA. ¿Cómo ha cambiado la maternidad entre las tres generaciones que analizáis? RESPUESTA. El principal cambio tiene que ver con las características de las mujeres. Si te digo la verdad, pensamos que íbamos a encontrar más cambios entre generaciones y pensábamos que cada vez menos mujeres tendrían, que los tendrían más tarde… Pero no. Lo que sí hemos visto es que las variables que ya en el pasado condicionaban el hecho de ser o no ser madre tienen más importancia que antes. Sobre todo, la educación y el acceso al mercado de trabajo. Ya sabíamos que, en el pasado, entre las mujeres más educadas y que más participaban en el mercado de trabajo asalariado solía haber un mayor porcentaje que no tenían hijos, o los tenían más tarde. Esto hoy en día es mucho más fuerte
En el pasado, el hecho de trabajar o no trabajar era lo distintivo. Hoy, la mayor parte de mujeres trabajan, así que lo importante son las condiciones. Tener puestos de trabajo relativamente buenos, con una carrera prometedora, es un gran depresor del paso a la maternidad. Es algo que tiene que ver con la realidad española y la dificultad de combinar la vida laboral con la familiar.
P. El estudio señala algo importante: en la mayoría de países europeos hay una relación positiva entre la participación en el mercado laboral y la fecundidad. En España es al contrario, ¿por qué?
R. Creo que tiene que ver con el nivel de bienestar de esos países y con lo que se llama “países de fecundidad inversa”: los mayores niveles de bienestar hoy van asociados a tener más hijos, como ocurre en el norte de Europa. Pero es que, además del bienestar, tienen otro elemento que son las políticas de apoyo a la conciliación de la vida familiar. En España, una mujer con estudios e hijos va a tener problemas para combinarlos con su trabajo. En el norte, tienen medidas como que el tiempo del permiso de paternidad o maternidad es mucho más largo o las empresas facilitan mucho la conciliación laboral
P. España es, además, uno de los países con un porcentaje más alto de madres después de los 40. Un 6,6%. R. No solo de Europa, sino del mundo. Solemos estar ahí ahí con Italia. Tiene que ver con lo que decíamos de las políticas públicas. Algo fundamental para ser madre es el acceso a la vivienda, que es mucho más difícil. La emancipación de los jóvenes es mucho más tardía. Hay una serie de incertidumbres que llevan a que la gente postergue tener hijos. Seguimos siendo una sociedad donde queremos una vivienda y la queremos en propiedad desde jovencitos, y eso no sucede en otros países. Desde los años 80, el acceso a la vivienda en España es cada vez más difícil.
P. Otra conclusión interesante es que las mujeres inmigrantes eran antes más parecidas culturalmente a las españolas, y ahora lo son mucho menos. ¿Se debe a una mayor variedad en sus países de origen? R. Hay un elemento importante que es que los inmigrantes de las primeras cohortes no son los de las últimas, de más bajo perfil socioeconómico. En el pasado eran latinoamericanos de clases medias y altas, que vinieron durante los 70 de países en dificultades económicas como Argentina, Brasil o Chile. Ahora, tenemos un perfil socioeconómico más variado, con un mayor peso de los inmigrantes procedentes de países menos desarrollados, que vienen con una idea del paso a la maternidad bastante distinta a la nuestra. Mientras en el pasado no había diferencias, hoy mayoritariamente los inmigrantes sí que tienen hijos más pronto y están menos restringidos por los aspectos culturales que los españoles
P. Una de las frases más escuchadas entre las generaciones más jóvenes es que no han tenido hijos porque no pueden. Pero no es tan sencillo, ¿verdad? R. Hoy en día disponemos de más recursos que en el pasado, no es la única explicación. Hay un factor fundamental en las generaciones más recientes a partir de los 90 que es lo que se conoce como la famosa Segunda Transición Demográfica, que tiene que ver con que hoy en día priman más los aspectos relacionados con la autorrealización que antes, cuando culturalmente había una trayectoria muy definida: estudias o te pones a trabajar, te casas, tienes hijos y ya. La Segunda Transición Demográfica dice que se empiezan a valorar otros aspectos, que uno puede querer hijos en una parte de su vida y en otra no. "Es una tontería esperar que la fecundidad aumente a los dos hijos, eso no pasa" En el pasado, no tener hijos se veía mal, hoy no pasa nada. A veces se mezcla con la idea de que en el pasado los trabajos eran más estables. Pero eso es para algunos, pero para otros no. En España, se ha demostrado que algunas parejas de clase media con trabajos estables no tienen hijos porque tienen otras prioridades, y no pasa nada. Tenemos otras prioridades, y esto se da entre la gente de mayor nivel educativo. España es el primer o segundo país de Europa donde la gente no tiene hijos tras pasar todo su periodo reproductivo, hacia los 40-45 años. ¿Es que hasta esa edad la gente no tiene condiciones para tener hijos? Pues a lo mejor no hemos tenido las condiciones hasta más tarde, pero tal vez lo que pasa es que no quieren tener hijos y ya está
P. Se tiende a ver la caída de natalidad como alto negativo, cuando en realidad lo que sugiere es que se han producido otros avances, como un mayor nivel educativo entre las mujeres. Quizá no sea una mala noticia. R. Es que no creo que sea una mala noticia. La mala noticia en España es que en todos los estudios sale que la fecundidad no realizada es una de las más altas del mundo, es decir, hay mucha gente que querría haber tenido hijos, o un segundo o un tercer hijo, y no los ha podido tener, porque no ha tenido las condiciones: una pareja estable, un trabajo… Si tenemos una baja fecundidad porque queremos no es ningún problema. Más del 60% de los que no han tenido hijos a los 45 años dicen que les habría gustado, y ese es el problema. Pero esa idea de que porque no tenemos hijos vivimos peor es mentira. Vivimos muchos más años. Cuando se habla de envejecimiento... ¡el envejecimiento es un éxito, hemos conseguido que la gente viva más años! Hay que ver otras implicaciones, pero no se debe ver como algo malo que tengamos pocos hijos si es lo que queremos. En el pasado también teníamos cinco hijos y el problema era que teníamos más hijos de lo que queríamos
Y ya me canso de poner Q&A, la entrevista me parece delirante, y a vosotros ?