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La exclusiva de ÉPOCA en la que se asegura que el magistrado García Calvo era víctima de espionaje por parte del CNI ha hecho que la vicepresidenta del Gobierno salte a la palestra y niegue la mayor. Fernández de Vega ha declarado textualmente: “no hay ningún seguimiento contra nadie por el CNI“.
La polémica está servida. Es la palabra de todopoderosa vicepresidenta contra la de ÉPOCA, que en su exhaustiva información aporta datos y pruebas que demuestran que los servicios de inteligencia espiaron al “molesto”García Calvo.
En la rueda de prensa posterior al consejo de ministros se le preguntó si desmentía o confirmaba la exclusiva de la revista y el por qué de dicho espionaje. Fernández de la Vega lanzó balones fuera y para zanjar el asunto comentó que desconocía dicha información.
Soprende que la siempre bien informada número dos del Gobierno no estuviera al tanto de asuntos tan importantes revelados por un medio de comunicación.
MOLESTO PARA EL GOBIERNO
García Calvo era un personaje incómodo para el Gobierno, dada su posición dentro del Constitucional. Según revela ÉPOCA esta semana, el magistrado fallecido repentinamente pudo ser víctima de una operación montada desde el Estado, el Centro Nacional de Inteligencia, para desprestigiarlo y lograr su recusación permanente en el TC.
El reportaje de ÉPOCA, firmado por Azahara Mígel e Higinio Mosteiro, destapa la historia oculta de acoso a García-Calvo.
Revela el montaje del que fue objeto el magistrado por parte del CNI, cuando fue acusado por un joven de haberle encañonado con un arma, en un accidente de tráfico. Sin embargo, la denuncia está llena de falsedades y no fue ratificada por la presunta víctima, como demuestra ÉPOCA.
El joven que acusó al magistrado mintió sobre su domicilio, su profesión y los hechos en su denuncia ante la Policía Nacional.
El semanario del Grupo Intereconomía revela que el acusador era un ‘charli‘ (en el argot de la profesión, una especie de chico de los recados del Centro Nacional de Inteligencia).
Todo era un montaje de los Servicios de Inteligencia para desprestigiar al magistrado que tenía entre manos asuntos delicados para el Gobierno como la constitucionalidad del Estatut.
LAS TERMINALES MEDIATICAS COMPLETAN LA TAREA
Paralelamente los medios afines al Gobierno, como los del Grupo Prisa y Mediapro (La Sexta, Público) se encargaron de completar la faena aireando las falsedades del incidente y erosionando la imagen de García-Calvo.
El objetivo era claro: intentar acallar a un juez que molestaba al Gobierno y poder minar sus decisiones.
Al final, “la biología ha facilitado el trabajo que probablemente no pudo culminar el CNI de Zapatero, Rubalcaba y Alonso” como escribe Cárlos Dávila, el director de ÉPOCA.
El juez murió solo, en su casa, el domingo 18 de mayo, cuando preparaba un voto particular a la insólita sentencia del Constitucional que consagra la discriminación del varón respecto a la mujer.