El Gobierno ha planteado a Bruselas aprobar un impuesto específico a los billetes de avión, según consta en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia que Moncloa remitió a la Comisión Europea el pasado viernes. Los usuarios que utilicen el transporte aéreo se verán afectados, de esta forma, por una tasa que intenta desincentivar este medio de movilidad para apostar por otros más sostenibles.
Esta 'ecotasa' fue una propuesta de la vicepresidenta para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, que recibió el visto bueno de Hacienda. El Gobierno se fijó en un impuesto que aprobó Emmanuel Macron en Francia y que afecta a todos los vuelos que salgan de aeropuertos franceses al exterior del país. Una tasa similar fue lanzada en Alemania con el nombre de "impuesto climático" como una propuesta de la canciller, Angela Merkel, de reducir los gases de efecto invernadero. Otros países donde el gravamen verde está vigente son Italia, Reino Unido, Noruega o Suecia, entre otros.
Medida muy necesaria y acertada por parte del ejecutivo de Pedro Sánchez. Nos guste o no, el tema de viajar cada fin de semana a otra parte de mundo no era sostenible climáticamente. Los impuestos a las emisiones brindan un "doble dividendo" a la sociedad.
Se plantean posibles consecuencias adversas sobre el sector turístico, no obstante ya se están planteando soluciones para apostar por el "Turismo Digital", un nuevo turismo de alto valor añadido que trata de crear una oferta turística sin la necesidad de viajar.
En mi opinión, me cuesta reconocerlo, pero el PSOE está acertando bastante con las medidas planteadas a la Troika en Bruselas.