Nuevo varapalo de Estrasburgo a la Justicia española: falla que se vulneraron los derechos de Otegi en el juicio por el que está inhabilitado
Estrasburgo ha constatado la "falta de imparcialidad" de la presidenta de la sección Cuarta de la Audiencia Nacional, la magistrada Ángela Murillo.
Estrasburgo ha dictaminado que sí hubo vulneración de los derechos de Otegi y los otros cuatro condenados en el caso Bateragune, que cumplieron íntegras las penas.
El Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea (TEDH) ha dictado una sentencia en la que concluye que la Audiencia Nacional vulneró los derechos fundamentales del ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, en el juicio por el Caso Bateragune, por el que fue condenado por un delito de pertenencia a la banda terrorista ETA y sigue cumpliendo una condena en firme a 10 años de inhabilitación.
La sentencia, dada a conocer este martes y que no ha sido unánime, declara que se ha producido una vulneración del artículo 6.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos sobre Otegi, Jacinto García, Díez Usabiaga, Zabaleta Tellería y Rodríguez Torres, todos condenados en aquel procedimiento.
El caso, instado por la defensa de Otegi buscaba dilucidar si la actuación de la magistrada de la Audiencia Nacional Ángela Murillo en el tribunal que lo condenó por el caso Bateragune vulneró sus derechos fundamentales. La defensa alegó que su imparcialidad estaba contaminada por el prejuicio mostrado en un juicio anterior contra él.
En concreto, alegaba que durante el juicio por el homenaje al cabecilla de ETA Argala, Murillo preguntó a Otegi si condenaba el terrorismo etarra y, ante su negativa a responder, la magistrada afirmó: "Ya sabía yo que no me iba a contestar esa pregunta".
Más allá de lo muy condenable que Otegi pudo hacer antes de construir una vía pacífica, el Caso Bateagune fue una vergüenza judicial y democrática que hoy queda clara. El TEDH da la razón a los que pensamos que el juicio a Otegi fue un juicio político. Europa otra vez deja en evidencia a la justicia española. Llevamos demasiadas sentencias así. Y las que nos quedan, sin que pase nada.