Pos mi encargado era la polla, muy educado y un cachondo, nunca pedía las cosas de mala manera y nunca te echaba la peta cuando hacías algo mal, siempre hablaba contigo y te explicaba como era, además si se tenía que ensuciar las manos como otro más, lo hacía. Me cayó muy bien la verdad.
Sin embargo había otras encargadas por ahí que disfrutaban mandándote cosas aunque no estuvieras en esa sección, cosas que por supuesto no hacía. No se, las tías que vi por allí parecía que liberaban en el trabajo todo su feminismo acumulado durante la vida rutinaria fuera del trabajo mientras era oprimida y disfrutaban creyéndose superiores a ti aunque solo fuera. Complejos que tienen.
#24: Eso no es culpa de la empresa, ellos solo se ciñen a las normas.